jueves, 26 de julio de 2012

De noche, todos los ciclistas son pardos

Anoche, después de leer el notable artículo de Joan Seguidor, alias Iván Vega, tanto monta, monta tanto, Ciclismo nocturno ¿por qué no en los Juegos Olímpicos?’, cambié mi primera impresión de hacerle algún breve comentario, a redactar algo más extenso, habida cuenta de todo lo que estaba fluyendo por mi mente acerca de esa nocturnidad del ciclismo.

De entrada, discrepo (y profundamente) en que los Juegos Olímpicos pueden ser un cauce adecuado para este tipo de innovaciones. El máximo evento deportivo mundial está por encima de todo y, como Saturno, no le importa comerse a sus propios hijos -léase deportes- imponiendo unas normas radicalmente distintas a las que se viven en el resto de la Olimpiada –entiéndase la definición original de periodo de cuatro años entre dos Juegos- con el fin de atajar ese sobredimensionamiento que tanto les asusta pero que existe y seguirá existiendo  ‘per se’.

Eso no quiere decir que ciclismo y nocturnidad sean excluyentes, más bien todo lo contrario. Y hay numerosos ejemplos en todas las disciplinas ciclistas que augurarían un buen matrimonio entre ambos, ganándose en verdadera innovación para renovar nuestro deporte, sin caer en ese “palabro que llena bocas, siembra discursos y aliena políticos”, como escribía el bueno de Iván.

La pista es la más trasnochadora de todas las disciplinas. De hecho, lo que los españoles llamamos sesión de tarde, esa que empieza sobre las siete, no es sino un ‘after dinner’, que se puede prolongar hasta bien entrada la madrugada, en el caso de los Seis Días en Centroeuropa, aunque en Mundiales se termina antes por aquello de los medios informativos. Todo ello lo entendí bien en el Mundial de Ballerup, en 2002, por las ‘peleas’ que teníamos en el hotel cuando pretendían que cenáramos sobre las seis de la tarde, antes de ir a la pista, ya que eso de hacerlo a las once, tras la sesión, les resultaba incomprensible.

El BMX también se adapta perfectamente a estos horarios nocturnos, especialmente en los Supercross tan en boga, independientemente de que se disputen en su modalidad indoor como outdoor, ya que es una superficie fácil de iluminar: de hecho el Supercross celebrado en el Parque de las Naciones en Madrid hace unos años fue un perfecto ejemplo de esta adaptación.

Por el contrario, el carácter abierto del ciclocross nos parecería un handicap para estas pruebas nocturnas… si no fuera por los numerosos ejemplos de pruebas que tenemos tanto en Europa (Woerden, Diegem…) como incluso en Estados Unidos. Combinar un buen alumbrado y un poco de misteriosa oscuridad parece ser el secreto.

Más complicado resulta, a priori, el BTT. Iluminar un recorrido de seis o siete kilómetros de una prueba de cross country parece una locura… aunque en pruebas populares del tipo 24 horas –como las 24DOCE que cerraron el I Open de Resistencia- la ausencia de alumbrado no fue, en ningún momento, un obstáculo para los participantes. El four cross, por el contrario, sí se adapta como nada a esas horas del ocaso y la prueba es la programación de esta prueba en muchos Campeonatos del Mundo. Y de ello pueden dar fe Pablo Galán en Lugano o Rafa Alvarez de Lara en Livigno.

Por cierto, en esta cita italiana se puso como novedad que las pruebas de trial se disputarán ya por la tarde, acabada la competición de montain bike, en la localidad de Biella, con un notable éxito de público. Y de última hora de la tarde a primera de la noche, apenas hay un paso.

Queda tan solo la carretera, la disciplina menos renovadora –salvo en la mundialización UCIficada de las carreras y la anglosajonización de las estructuras-, incluso involucionista como se demuestra en el día a día. Sin embargo, en el prologo contrarreloj de la Vuelta a España 2010 en Sevilla se dio un importante paso… que no ha tenido desgraciadamente continuidad. Siempre he creído que el ciclismo en horario de tarde, en vez de sobremesa, sería un rotundo éxito, y que incluso estas excepciones nocturnas –evidentemente de pruebas urbanas y no finales en alta montaña- lo corroboran, tanto para el público que se da cita en las aceras como el que lo ve desde televisión.




¿Problemas? El tradicional ‘cierre’ de los periódicos ha pasado a ser un obstáculo menor, incluso inexistante para las publicaciones en Internet, y la cuestión que más asusta, el masaje y descanso de los corredores, no debe entenderse como una reducción de su reposo, sino un simple cambio de horarios: acostarse más tarde, pero retrasar también la hora de levantarse al día siguiente.

En fin, como propone Iván Vega, alias Joan Seguidor, “un ciclismo nocturno, dosificado y en justificadas ocasiones no sería tan mala idea”. Más bien todo lo contrario.

miércoles, 25 de julio de 2012

Euskaltel: Que todo cambie para que todo siga como está

Todos hemos oído alguna vez la frase de "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Pero desconocía no sólo el origen, sino que es una teoría bastante conocida y aplicada en ciencias políticas, con el nombre de ‘gatopardismo’ o lo ‘lampedusiano’, en honor de la famosa novela italiana –o a su autor, Giuseppe Tomasi de Lampedusa- que dio origen a la no menos célebre película de Luchino Visconti, en la que se plantea esta paradoja que simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse, pero también de los aristócratas para perpetuarse en sus privilegios.

Pero no vamos a aplicar esta teoría a la situación política, sino a un caso bien concreto y perteneciente al mundo del deporte, concretamente al ciclismo: al nacimiento de ese renovado Euskaltel-Euskadi, o 2.0, aplicando una nomenclatura tan en boga. O simplemente como se dijo, ese nuevo proyecto que enlaza con el anterior, con casi veinte años de historia detrás.

Ayer fueron presentadas sus líneas maestras, por parte de Alberto García Erauzkin, presidente de Euskaltel, e Igor González de Galdeano, máximo responsable deportivo a partir de 2013 de la formación ciclista, con el objetivo de mantener al equipo en la máxima categoría del WorldTour y para ello “adaptar la estructura a las exigencias actuales del ciclismo de élite”, sin olvidar las esencias y la filosofía de cantera.

Tras leer los detalles del acto en Biciciclismo, ante todo encuentro mucha ilusión y sobre todo un compromiso a largo plazo, que es lo más importante en estos tiempos de zozobra. El resto no es sino apuesta por la misma filosofía de siempre, manteniendo ese carácter vasco del equipo, pero apuntalándolo y reforzándolo lo suficiente para poder seguir manteniéndose en el WorldTour, ya que el ‘descenso’ de categoría sería la muerte del proyecto. Y todos lo sabemos. Para ello van a apostar por nuevos copatrocinadores, por corredores no vascos en la medida que sean necesarios –por imagen internacional, intereses de comunicación… y los malditos puntos UCI Merite-, e incluso por una imagen más moderna, más profesional, en aspectos como la tecnología, la comunicación o el marketing. “Nuestros ciclistas más importantes, nuestros líderes deben ser vascos o formados aquí, y compatibilizarlo con adaptarnos a un mundo más globalizado, mucho más exigente, con competiciones World Tour en los cuatro continentes”, resumía González de Galdeano.

En definitiva, unos cambios necesarios para que todo siga en gran medida como está: que la magnífica afición vasca pueda seguir presumiendo de tener un equipo –modesto, pese a todo- en el grupo más selecto del ciclismo mundial.

martes, 24 de julio de 2012

Inventando el ciclismo. Charles Terront y la primera París-Brest-París

Acabo de terminar el primero de los cuatro libros que la editorial Cultura Ciclista ha traducido y ha publicado en castellano, como anticipo de lo que esperamos sea una fecunda labor en los próximos años que cubra esa importante laguna de publicaciones relacionadas con el ciclismo, tan habituales en países como Francia, Bélgica, Italia o Gran Bretaña, y que tanto echamos en falta en nuestro país.

‘Inventando el ciclismo. Charles Terront y la primera París-Brest-París’ es un libro escrito hace ya más de un siglo, poco después de que el corredor francés, uno de los primeros grandes campeones de la historia, ganara la París-Brest-París de 1891, el antecedente más directo de lo que es el Tour de Francia. Un relato sin pretensiones, sencillo, pero que engancha a los aficionados y nos permite descubrir aquella prehistoria del ciclismo, en los momentos en que se pasó del velocípedo a lo que se denominaría el biciclo seguro, la auténtica bicicleta.

Aparte de algunas anécdotas curiosas –por ejemplo, por qué las pruebas de Seis Días se quedaron en esa duración-, y de otros hechos que hoy nos sorprenderían, pero que tienen toda su lógica –y que no comentó para no fastidiar a los futuros lectores-, nos permite descubrir que el ciclismo fue el primer deporte de masas, con un seguimiento en Francia, Gran Bretaña o incluso Estados Unidos inimaginable en aquellos últimos años del siglo XIX.

Y es que, en muchas ocasiones, nada mejor que conocer el pasado para adivinar el futuro.

viernes, 20 de julio de 2012

Pasando olímpicamente de Twitter

Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, declaraba ayer que el uso de Twitter "puede llegar a mermar las opciones de medalla" de los deportistas que competirán en Londres.

El doble campeón del mundo añadía que "si un atleta busca defender su título de campeón olímpico, no tendría que pensar en leer su cuenta de Twitter" ya que, en ese momento, "solo" debería estar centrado en una medalla en los Juegos.

Puedo coincidir con Coe en la necesidad de una máxima concentración antes de un gran objetivo, como pueden ser los Juegos, pero bajo ningún concepto en esa demonización de Twitter como culpable de un posible fracaso. "Personalmente, creo que existe una correlación entre el número de tuits enviados durante el periodo de competición y el bajo rendimiento de un atleta", comentaba tan a gusto el ex atleta británico.

Y es que tomando en cuenta estas consideraciones, se deberían limitar no sólo las redes sociales, sino cualquier aparición en medios de prensa convencionales que tendrían las mismas posibilidades de descentrar al deportista. Pero eso nadie se lo plantea porque los JJ.OO son, por encima de todo, un espectáculo televisivo, de medios, en general.

La filosofía anti-Twitter, que no deja de ser una recomendación en el caso de Coe, tiene sus propios imitadores talibanes, como el CONI, que ha impuesto un ‘silenzio olímpico’ bajo multa de 100.000 euros a los que infrinjan esta decisión. Afortunadamente medidas similares en similares circunstancias, como la selección española en la Eurocopa, no cuajaron.

Una vez más, tengo que salir en defensa de una de las mejores herramientas comunicativas –y aún desaprovechada- por su inmediatez y por su cercanía y lamentarme de que muchas organizaciones sigan sin comprender las ventajas de Twitter, combinando cuentas oficiales con aportaciones particulares, incluyendo a los propios deportistas.

Eso, por no hablar de los extraños bloqueos que han sufrido algunas cuentas que daban información de mayor calidad de determinados eventos que las oficiales. De este tema ya hablaremos más detenidamente, pero en cualquier caso, eso de poner puertas al campo es tan caro –y no sólo en términos económicos- como absurdo.

Imagen tomada de http://www.subinet.es

jueves, 19 de julio de 2012

Una pista musical para los Juegos Olímpicos

A dos semanas justas del inicio de las competiciones de pista de los Juegos Olímpicos de Londres, nada mejor que ambientarnos con la que será la canción oficial del ciclismo en pista olímpico, un tema de The Chemical Brothers, que a pesar de sus veinte años de carrera siguen estando en la vanguardia de la música instrumental experimental. Eso sí, el título de la pieza no tiene nada de original: ‘Theme For Velodrome’.

Tom Rowlands, la mitad de The Chemical Brothers, reconoció su interés personal por el ciclismo –aunque también se lamentaba de que aún no le hubieran facilitado ninguna entrada- y destacó la relación entre música electrónica y ciclismo, aludiendo a ese mítico ‘Tour de France’, de Kraftwerk, del que hablaremos algún día.



Durante los seis días de competición en el fantástico velódromo londinense –cuya arquitectura es idónea para una composición de este tipo- sonará diez veces esta canción, en cada una de las diez ceremonias protocolarias de esta disciplina. Ojalá alguno de ‘los nuestros’ pueda escucharla desde el podio.

domingo, 15 de julio de 2012

Wiggins: “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”

Hace algunos días escribí un tweet en el que me preguntaba por esa ‘Wiggofobia’ que sacude a buena parte de los seguidores del Tour. Como ciclista me parece un profesional, un corredor –encuadrado en un proyecto, ojo, que no se olvide este dato- que se marcó un objetivo a medio plazo y que está dando los pasos necesarios para culminar en el Tour 2012 esa transformación que ya había demostrado en París-Niza, Romandía y Dauphiné. Salvando las distancias, una metamorfosis tan trabajada y a la vez tan espectacular como la de Miguel Indurain años atrás, aunque el navarro fuera muy superior en cualquier aspecto.

Y como persona, un tipo que da para escribir muchas líneas, el sueño de cualquier periodista, aunque en este caso no hay el menor paralelismo entre la tranquilidad del español y la explosividad del británico. @cronoramia lo contó mucho mejor que yo.

Pues bien, el camino de Wiggins hacia el maillot amarillo en París está jalonado de un montón de dudas, de zancadillas, algunas realmente incomprensibles, desde antes de que comenzase la presente edición. Y que no proceden precisamente del pelotón. Son muchos los que realmente desearían que el líder del Sky no llegara de amarillo a París, aunque ello supusiera el triunfo de un Froome mucho más joven, pero cuya espectacularidad en montaña y, sobre todo, su rendimiento en el crono posiblemente pudiera plantear a los mal pensados tantas incógnitas o más que las de su jefe de filas.

Wiggo –y su alter ego en Dave Brailsford, no nos olvidemos nunca de él, insisto- se presentaba en la línea de salida de Lieja con un equipo orientado cien por cien a su objetivo de ganar en París. Sus ocho coequipiers lo sabían perfectamente. Pues bien, en aquellos días se señalaba la difícil convivencia entre Wiggins y Cavendish como un factor de inestabilidad, y más acentuada cuando el campeón del mundo perdió sus opciones por una caída en Rouan y nadie del equipo no estuvo allí para esperarle, como tuiteó la ‘buena’ de Peta, que podría haber sacado a colación el sensacional trabajo de la selección británica -90% Sky- el año pasado en el Mundial de Copenhague, cuando el objetivo era otro. Y que se cumplió.

‘Cav’ pasó pronto a un segundo plano, y quizá en La Planche des Belles Filles, el ya maillot amarillo del Tour vivió su único momento de relativa tranquilidad en este Tour, a pesar de que la victoria allí fue para su compañero –y ya comenzado a ser encaramado a la categoría de rival- Chris Froome. Por cierto, el keniano de origen llevaba cedidos entonces 1-32.

Pero poco duró la tranquilidad, ya que en Porrentuy vivimos la primera explosión del jefe de filas del Sky al llamar ‘pajilleros mentales’ a los que comenzaban a comparar a su equipo con el US Postal de Armstrong, amenazando con no volver a comparecer en una rueda de prensa si se volvía a sacar a colación el tema. En las redes sociales fue igual de duro, llamándolos “putos vagos”, recordando que “la clave ha sido perder peso. En los Juegos de Pekín pesaba 82 y kilos y ahora 71. Eso se hace con entrenamiento y trabajo. Y también dejando la bebida. Antes yo era casi un alcohólico". Demasiado sincero.

La mecha estaba prendida. La crono de Besançon no fue la consolidación del liderato, pese a su triunfo, sino la reivindicación de un Froome que ‘sólo’ perdía 35 segundos. Se recordó lo ocurrido el año pasado en la crono de la Vuelta a España en Salamanca, cuando el gregario pidió –y cogió- los galones de líder del Sky ante la debilidad del primer jefe de filas. Muchos olvidan que el estado de Wiggo entonces no era el de este Tour, y que si Froome no ganó aquella edición fue porque Cobo le echó un par de narices en el Angliru y en los días posteriores, no porque fuera demasiado tarde. Pero este no es el tema.

La mirada perdonando la vida que lanzó a Vicenzo Nibali en la llegada a Bellegarde –que no quiero justificar bajo ningún concepto- fue otra vuelta de tuerca más, aunque nada comparada con la situación vivida en la ascensión a La Toussuire. Nadie profundizó en el mal momento que tuvo el keniano en la ascensión, pero todo el mundo interpretó como un síntoma absoluto de debilidad que Wiggins no pudiera seguir la rueda de su compañero cuando se fue por delante, olvidando que es un corredor que está más pendiente del potenciómetro que de la carretera. "No creo que Froome ataque a Wiggins, pero si lo hiciera pienso que ganaría el Tour", aseguraba Bernard Hinault, quizá de una forma interesada para intentar salvar el espectáculo de una edición finiquitada mucho antes de terminar. 2-05, recordemos, era la diferencia entre ambos.

Y a la espera si llega a producirse esa batalla en los Pirineos entre los dos compañeros de equipo –ya pasó, por ejemplo, en el Tour de 1986 entre Lemond y el propio Hinault, con victoria para el jefe de filas señalado, que nadie se olvide-, dos puntos más en esta maniobra de acoso y derribo. Ayer, con la actuación del maillot amarillo tirando del pelotón para intentar posibilitar la victoria de uno de sus mejores lugartenientes, el noruego Boasson-Hagen, que algunos señalaron como un exceso de ambición que terminará pagando. Quizás, pero el gesto por su compañero es de chapeau.

Y hoy, criticado por parar a esperar a Evans… cuando al parecer se llegó a un pacto de no agresión en un puerto absurdamente sembrado de clavos. Se ve que no había mucho más de lo que hablar hoy.

En fin, por mucho que se diga que Froome es el más fuerte, por mucho que no guste el carácter del británico de Gante y por muchas dudas –que no sospechas y mucho menos pruebas- que puedan existir contra el Sky, debemos recordar que el ciclismo también es un deporte de equipos, que el suyo es el más fuerte y tiene las cosas bien claras, y que Wiggins es un digno líder del Tour de Francia, que se estará preguntando “¿qué he hecho yo para merecer esto?”

martes, 10 de julio de 2012

¿Hay alguna relación entre el Campeonato de España de Descenso y el Tour de Francia?

Terminada la sesión de entrenamientos en el Campeonato de España de Descenso en Panticosa y a punto de iniciarse la retransmisión del Tour de Francia, me asaltó la duda de qué podían tener en común estas dos disciplinas ciclistas aparentemente tan distintas entre sí; qué conexiones podrían existir entre ellas, salvo que ambas se disputan sobre bicicleta –aunque realmente sean tan diferentes que puedan llegar a ser incompatibles entre si- y que están bajo el paraguas común de la UCI. Quizá en otro momento podrían haber dado lugar incluso a dos deportes tan diferentes pero cercanos como el baloncesto y el balonmano, con el balón y las manos como nexos insuficientes.

Por ello compartí mis cuitas con algunas de las personas con las que conviví en este Nacional, comenzando por Rafa Coca, presidente del Colegio de Comisarios, quien me comentaba que “la UCI incluso está tendiendo a la separación, al menos en el apartado arbitral, ya que los colegiados internacionales ahora tenemos que decidir por una disciplina, ya no podemos seguir arbitrando en todas. Se busca una especialización, lo que conlleva un mejor conocimiento”.

Hablando con él, le recuerdo lo que escribí hace unas fechas, el contraste que supone el inmovilismo de la UCI en todo lo que se refiere a la carretera –incluso con un claro involucionismo en algunos aspectos técnicos y mecánicos-, con la permisividad, incluso fomento, de todas las iniciativas en el mountain bike. “Es cierto, además el ciclismo de carretera se comienza a ver de una forma más distante, el BTT se ve mucho más cercano”.

Filosofías diferentes

Juan Luis Irigoyen contesta que “los piñones y poco más. Para la gente de la calle, posiblemente ésta sea el ciclismo menos ciclista de todos los ciclismos, aunque ello no debe entenderse como una minusvaloración”. Para el presidente de la Comisión de BTT de la RFEC, “la mayor diferencia está en la filosofía. Salvo un puñado de corredores, la mayor parte de los participantes en esta disciplina lo hacen por placer, como hobby, por diversión. Aquí la gente está mucho más relajada comparada con la filosofía monacal del ciclismo en carretera, aunque los que se dedican a esto de una manera profesional tienen que entrenar y mucho”. Igualmente apunta que “el ciclismo, a pesar de su especialización, cada vez es más total y todos los ciclistas tienen que hacer, o deberían hacerlo, de todo. Pero el DH es más específico y salvo con el BMX tiene pocas conexiones”. La estética de un ‘descender’ y de un rutero es absolutamente antagónica, como muestro en las imágenes.

Cuando le traslado la misma cuestión a Luis Oulego, manager del equipo Massi, sonríe y nos dice: “Dar pedales y lo más deprisa posible, pero poco más”, aunque luego añade que “quizá en el nivel de concentración y preparación sea como una contrarreloj”. No obstante, considera que “hay poca conexión incluso como espectáculo. No es que a la gente del descenso le fastidie el ciclismo de carretera, pero posiblemente estén más cercanos de otras disciplinas como las motos”. De hecho, en Panticosa apenas vi a aficionados a la carretera, salvo algún loco multifacético como yo.

En parecidos términos se expresa su hijo Iván, tricampeón de España, que incide en esa condición de deportistas como nexo. “Es un esfuerzo físico muy distinto, pero es ciclismo. Yo soy de los que hago muchos kilómetros como entrenamiento, aunque el descenso me permite participar en duatlones, por ejemplo, algo imposible para uno de carretera que no puede correr pie. Pero tenemos que entrenar mucho, aunque no demos esa imagen. Es parecido a los velocistas de atletismo, que hacen menos fondo, pero si muchas series”.

Sagan, el mejor ejemplo



El seleccionador nacional, Cristóbal Sánchez, también nos dice que “sinceramente encuentro pocas similitudes, salvo ese punto que nunca se debe olvidar de que son deportistas”, aunque nos señala un importante matiz: “Ir en mountain bike te permite obtener una técnica sobre la bicicleta que no la tienes con una de carretera. Lo hemos visto estos días con Sagan que ha evitado un par de caídas por esa habilidad que adquirió en sus tiempos de biker, por no hablar de sus gestos”.

En esta opinión incide Josechu Garay, organizador, ‘biker’ y padre de ‘descender’. “Los ciclistas de carretera deberían coger otras bicicletas de vez en cuando. Por un lado como relax, porque hacen muchas veces demasiadas horas en sus bicicletas y con esto tendrían una mayor variedad, unos entrenamientos más amenos, rompiendo la monotonía de su preparación”. Sin embargo, lo más interesante de sus palabras es su segunda justificación: “Los ‘descenders’ tienen mucha más sangre fría, analizan mejor los recorridos, incluso memorizándolos completamente. Y esa capacidad les podría venir bien en momentos complicados en carretera”

Y no podía terminar este post sin hablar con el único ciclista español que compatibiliza las dos disciplinas, y con bastante éxito, como es José Antonio Díaz Arriola, que no pudo participar en este Nacional por un problema de traslados. El cántabro, tras sacar nuevamente a colación la habilidad de Sagan, nos incide en estos mismos aspectos: “Hay ciclistas de carretera que no saben ni subir un bordillo. El mountain bike te da muchísima habilidad y esto se nota sobre todo a la hora de evitar una caída o incluso a saber caer sin hacerte daño. Igualmente improvisas mucho mejor en una situación complicada o incluso en un descenso. Hay mucha gente que me deja subiendo un puerto, pero en la bajada suelo recuperarlo”.

El corredor, cuyo polifacetismo merecería un artículo, añade que “todo chaval que haya hecho BMX o mountain bike tiene posibilidades de ser un profesional mucho más completo”, aunque reconoce, como Garay, que “el descenso quizá pueda ser peligroso para ellos, pero no deberían centrarse sólo en la carretera”.

lunes, 9 de julio de 2012

El Gran Premio Canal de Castilla ha dejado de ser un sueño

Aunque el sábado me encontraba presente en Panticosa, parte de mi corazón ciclista se trasladó a Castilla y León, concretamente al cautivador recorrido del Gran Premio Canal de Castilla, de esa prueba apodada ‘Roubaix castellana’ por una comparación atractiva que ojalá pronto desaparezca, ya que será la señal de un éxito que, presumo, llegará más pronto que tarde.

La primera edición ha dejado buen sabor de boca, con 120 participantes que cubrieron los dos centenares de kilómetros, rubricando la viabilidad de esta original e innovadora aventura, que no pudo tener otro padrino mejor que Pedro Horrillo.
El amigo Frodo nos trae una buena colección de imágenes para poder valorar por nosotros mismos lo que fue la primera edición.

En fin, gracias y enhorabuena. Y como bien decís, el Gran Premio Canal de Castilla ha dejado de ser un sueño y ha pasado a convertirse en una realidad.

sábado, 7 de julio de 2012

Reconversión ciclista (II): Félix García Casas, un técnico distinto

Decía en el primer capítulo de esta serie que el mundillo ciclista está lleno de antiguos corredores que ejercen como directores deportivos o auxiliares. Y nuestro protagonista de hoy, también, aunque su misión es completamente distinta a la de cualquier otro, por lo que le he elegido como ejemplo de reconversión. No en vano, es el seleccionador nacional de ciclismo adaptado, después de haber trabajado algunos años como responsable del programa de tandems de la ONCE. Se trata, claro está, de Félix García Casas.

Profesional desde 1993 hasta 2003, ‘Trampas’ –ese apodo ciclista que tienen casi todos los corredores- fue un notable escalador, muy regular en las grandes vueltas, aunque le faltó ese triunfo para rematar su paso por la máxima categoría del ciclismo. Y como todo profesional, tuvo que afrontar la difícil salida (o entrada) al mundo laboral tras su periplo ciclista. Durante algún tiempo estuvo en el Aula Ciclista de Tres Cantos, aunque su destino cambió en 2007, concretamente a partir del 1 de septiembre.

Y es que en aquel año, Faustino Rupérez dejaba su puesto como técnico de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) y García Casas estuvo en el lugar adecuado y en el momento adecuado. “Me enteré, se establecieron contactos y después de pedir referencias sobre mi, me propusieron. Sin embargo, tuve una entrevista con el presidente de la FEDC y no hizo nada más que plantearme problemas, que ponerme en aviso sobre las muchas dificultades que iba a encontrar. Entonces le dije que si me hubiera propuesto venir a pegar sellos, ya me habría ido, que lo que me atraía era el reto”. En ese momento el puesto era suyo.

Félix recuerda su primer día de trabajo “porque llegué a la sede del Paseo de la Habana y el vigilante me preguntó quien era, sin querer dejarme pasar porque no sabía nada. Al final entré, me instalaron en un despacho… y a empezar de cero, ya que nadie me explicó nada. En esos primeros meses tuve que buscarme la vida en casi todo, pero aprendí muchísimo”.

Deportivamente, fue distinto. “Pedí asistir a una concentración con Faustino para aprender, pero sólo me dejaron ir un par de días. No obstante a nivel deportivo todo estaba bien encauzado y solo tuve que continuar su trabajo. En cuanto a los corredores, encontré que eran unos auténticos profesionales, que no tenía mucho que enseñarles en este sentido”. Su primera gran prueba de fuego fueron los Juegos Paralímpicos de Pekín, donde lograría una medalla de oro y otra de plata, ambas con el tandem formado por Christian Venge y David Llauradó.

Aquella etapa con la ONCE acabó… pero con un salto adelante, al integrarse en la UCI todo el programa de ciclismo adaptado que estaba repartido en tres Federaciones distintas –ciegos, paralíticos cerebrales y disminuidos físicos-. Un proceso que también se reprodujo en la RFEC, y que en su caso se plasmó en asumir el cargo de seleccionador nacional, en 2009. “Era un tema que se veía venir y en el que se puso mucho empeño por hacerlo lo mejor posible, pero que es una función muy distinta, con mucha más carga de trabajo. Igualmente aquí se piensa más en el alto rendimiento, mientras que en la FEDC se hacía más hincapié en la promoción”.

Problemas de la logística y la gestión

En estos casi cuatro años de trabajo, lo que más quebraderos de cabeza le ha traído y le sigue trayendo “es todo lo relativo a la logística. La organización de un desplazamiento es de locos, entre los envíos por mensajería, la facturación, los enlaces… Hasta que no estamos todos en el avión no descanso. Todo el trabajo de gestión te lleva muchísimo tiempo”. Igualmente reconoce que “el cambio de las antiguas categorías funcionales a las nuevas nos causó muchos problemas, y como ya dije, en algunos casos nos ha perjudicado, pero no en otros”.

A nivel concreto, reconoce que ha pasado malos momentos, “como cuando Juan Emilio tuvo un ataque de ansiedad en Canadá y pensábamos que era un infarto o con el accidente de Juanjo Méndez en Roskilde, por la incertidumbre de no tener noticias durante mucho tiempo”, pero en general se queda con los grandes momentos de unos deportistas que “salvo algunas excepciones, no tienen nada que aprender en lo que respecta a su profesionalidad”.

Por el contrario, “la experiencia humana es lo más gratificante de este trabajo. Tengo muchos grandes momentos, aunque posiblemente me quede con el momento en que vi en la villa paralímpica, en Pekín, a un deportista doble amputado de brazos comienzo con unos palillos con los pies. Esta gente es fantástica y tiene una capacidad de adaptación y superación increíble, que debe ser un ejemplo para todos”.

Por ello, el madrileño no duda en la respuesta cuando se le pregunta si dejaría el ciclismo adaptado por la dirección de un equipo ‘normal’. “Ahora mismo, no, así de claro. Tengo la suerte de que me gusta lo que hago”. Y, además, se le nota y te lo contagia.

jueves, 5 de julio de 2012

El deporte de las reclamaciones a destiempo

Esta mañana leía en AS el titular de que ‘Biarne Riis llevará al TAS el reglamento de los puntos UCI’. Una lectura más minuciosa del contenido nos muestra al danés más cauto, aunque igualmente cabreado: "Si continúa vigente, la denunciaré ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Es algo sumamente ridículo”.

Ya conocéis mi postura personal respecto a este tema: Sanciones por dopaje, las necesarias, incluso de por vida, si se atreve a reglamentarlas quien tenga que hacerlo. Pero una vez cumplidas, igualdad para todos. Con más o menos vigilancia sobre su pasaporte biológico o con mayor número de controles ‘preventivos’. Pero ninguna pena accesoria y más si son sobrevenidas, es decir, que no existían en el momento de la infracción. Como ésta o la famosa Regla Osaka. Por lo tanto que alguien dé un primer paso –aunque sea de palabra, como el caso del director de Saxo Bank- es ya algo significativo.

Sin embargo, lo que menos me gusta de este caso es que –como siempre sucede en el ciclismo- tan solo se reclama cuando uno se ve afectado, aunque sea a destiempo, incluso demasiado tarde. Nadie protesta por la injusticia –o por la ilegalidad- absoluta de una normativa, tan sólo cuando le es de aplicación. Si Riis lanza la posibilidad de reclamación ante el TAS es porque le afecta a su bolsillo, así de simple. Sin los puntos de Contador –e incluso con los que sume desde agosto hasta final de año- su equipo no será ProTour en 2013… salvo que invierta, a precio de oro, en corredores que le salven la papeleta en los despachos. Y el dinero es un bien escaso, y más en estos tiempos.