El proceso informativo en una competición

Todavía hay muchos organizadores de pruebas ciclistas que piensan que su carrera acaba con la ceremonia protocolaria. O con el desmontaje del podio y de la zona de meta. O como mucho, con la comida de hermandad entre todos los miembros del club, una ‘tradición’ que ya se está perdiendo, dicho sea de paso. Desde la experiencia que me dan años de trabajo, una carrera ciclista –o cualquier otra competición- no termina hasta el momento en que todos los medios tienen la información de la prueba, entendiéndose por tal, la crónica y película de la misma, las clasificaciones completas, un juego de fotografías, las declaraciones de los protagonistas e, incluso, algunas imágenes en vídeo. Y todo ello debe estar disponible en los minutos siguientes a la finalización de la carrera, nunca en jornadas posteriores, como muchos acostumbran a hacer todavía. O sin proporcionar esos contenidos, lo que es aún peor.

Aún me estremezco al recordar mi primera experiencia en un Campeonato de España de profesionales, cuando fui a la Permanente a escribir y mandar la información y me enteré que el responsable de la misma -un alto cargo en el mundo del ciclismo actualmente- había mandado a todos los voluntarios a casa porque el evento ya había finalizado; se habían desconectado los fax –Internet era entonces un lujo-, e incluso el responsable de  hacer la película estaba también ‘perdido’: el camino de regreso a Madrid fue una pesadilla, una sucesión de llamadas pidiendo una información que no estaba  disponible en ningún lugar, pero que a todo el mundo urgía.

Internet no es un problema, es la solución

Hoy en día, los grandes organizadores deben cumplir unos requisitos bastante estrictos en cuanto a sus relaciones con la prensa, pero más pensada a los medios acreditados que a los que quieren la información ‘a distancia’. Pero los pequeños -incluso algunos con una presencia ya respetable- pueden y deben aplicarse unas mínimas normas que, en definitiva, va a contribuir a la máxima difusión de sus competiciones, que es de lo que se trata.

Los tiempos en que los periodistas se desplazaban a cubrir las informaciones han acabado y no volverán, pese a quien pese, salvo en momentos y eventos muy puntuales. Los editores de los medios tienen claro que, en términos de costes, no compensa tener a un redactor ‘ocupado’ toda una mañana, una tarde o incluso un día en una competición. Por no hablar del precio añadido del traslado o la estancia. Por lo tanto, tienen que ser los organizadores los que ‘faciliten’ esta información a los medios, lo cual no es nada complicado gracias a la tecnología actual vía Internet. Y cuanto más completa, profesional y rápida –e insisto, estoy hablando de minutos mejor que de horas- sea, mejor que mejor. Internet no es un problema porque retrae a los periodistas; todo lo contrario, es la solución para paliar esas ausencias.

Y Twitter, el arma más eficaz

Además, en los últimos años, las redes sociales han dado una vuelta de tuerca más a estos aspectos informativos, especialmente gracias a Twitter, en un proceso en el que me siento muy orgulloso de haber sido uno de los primeros utilizadores y de los máximos difusores. La información ya no tiene que ser rápida: en muchos casos puede y tiene que ser inmediata, lo que permite a los medios tener esos contenidos noticiosos al instante, sin desplazarse. Desde el punto de vista del organizador es, sin duda, una ventaja porque se pueden ‘cuidar y seleccionar’ los contenidos sobre la prueba que queremos difundir.

No obstante, hay que tener en cuenta que los tuits no son reclamos publicitarios, sino titulares… que llaman a cualquier otro tipo de acción. Siempre he defendido a esta red como un medio de comunicación, aunque sus indudables ventajas han originado una colonización por parte de los profesionales del marketing, pervirtiendo en numerosas ocasiones la forma y el fondo de los contenidos, que dejan de tener un carácter informativo y, por lo tanto, pierden su utilidad para el gran público y para los medios. Los contenidos de calidad redundarán en beneficio de todos, comenzando por el organizador…. y terminando por los propios patrocinadores.

Tener una persona con experiencia, conocimiento, iniciativa y unos mínimos medios -aunque hoy en día con un simple smartphone se pueden hacer maravillas- al frente de la cuenta de Twitter es la mejor garantía de proporcionar la información que medios y público -ojo, y por ende los patrocinadores- demandan: informaciones puntuales (flashes), fotografías y vídeos informativos o de ambiente, videoentrevistas, clasificaciones y, en último término, el recordatorio de donde se puede encontrar esa información ya elaborada, normalmente una página web o, en su defecto, un blog.

Síntesis en la web

La web de la prueba es el segundo elemento clave en esta estrategia comunicativa, donde se volcarán buena parte de los contenidos que ya hemos tuiteado, pero de forma ordenada y sistematizada, facilitando el uso por aquellos medios que no hayan querido, o simplemente no lo necesiten, utilizar el escalón informativo de la red social.

Lo ideal es contar con una página actualizada y fácil de actualizar, que permita subir todo tipo de contenidos en sus diversos formatos: texto, fotos, datos (clasificaciones y similares), audios y vídeos. Y con el dominio registrado de la prueba, del organizador o en cualquier caso perfectamente identificativo de lo que se ofrece por si hay que buscarlo en Google.  También podemos recurrir a un blog como elemento básico –los hay con enormes posibilidades técnicas y de contenidos, además de gratuitos-, el cual relacionaremos con otras páginas que permiten almacenamiento fotográfico masivo o de vídeo. Incluso en ese mismo nivel podría valer Facebook, aunque con algunos matices.

¿Qué información dar?

En un principio, el elemento principal debe ser la crónica de la prueba que no tiene por qué ser demasiado amplia, pero sí tener estilo periodístico, es decir, redactada bajo las premisas del orden, de la concisión y de la precisión. Si el ‘pseudoentusiasmo’ con el que se están colonizando las redes no tiene justificación ni efectos positivos en Twitter, en una crónica es absolutamente desaconsejable, algo que sabemos todos los profesionales del periodismo, pero que incumple sistemáticamente los cada vez más numerosos ‘intrusos’.

La crónica puede estar acompañada de una película de la etapa, que puede hacerse incluso de forma simultánea a la prueba a través de los tuits lanzados, y de las correspondientes clasificaciones -el pdf es el formato ideal- o incluso

Junto a estas informaciones, las declaraciones de los protagonistas, que pueden ser escritas, en audio o en vídeo. Esta última es la opción ideal, y preferiblemente que sea a través de YouTube, con lo que puede incrustarse en cualquier otra página, se puede extraer solo el sonido… y naturalmente transcribirse el texto.

En cuanto a las fotografías, no son necesarias muchas: salvo algún medio muy interesado -y que posiblemente envíe en este caso a su propio profesional-  nadie va a necesitar más de un par, por lo que ofreceremos algunas pocas más para elegir y siempre en los dos formatos, horizontal y vertical, ya que los maquetadores son muy caprichosos. Como organizadores proporcionaremos aquellas que más nos interesen desde el punto de vista de la comunicación de nuestros patrocinadores e instituciones -salida y podio-, junto a aquellas de los momentos decisivos, como ataques, escapadas y naturalmente la llegada.

Si hay un fotógrafo profesional no habrá que darle muchas instrucciones, solamente hay que insistirle en la inmediatez, que hay muchos que siguen pensando en que se les ha contratado para entregar un ‘reportaje de boda’, días después; si no lo hay, podemos conseguir un resultado digno con el móvil si sabemos nuestras limitaciones y tomamos en cuenta un par de precauciones a la hora de hacer las fotos, en cuanto al encuadre, eliminación de objetos molestos o lejanía de los elementos a fotografiar, y renunciamos a virtuosismos técnicos.

El vídeo, un valor añadido

Finalmente hay un elemento que cada vez es más necesario y, a la vez, más fácil de realizar, un vídeo. No me estoy refiriendo a una superproducción, sino a un par de minutos de imágenes editadas, con la salida, algún momento de la carrera, la llegada y el podio, algunas declaraciones… así como todas las tomas publicitarias que deseemos. Hay que tener en cuenta que es más fácil grabar que fotografiar –aunque éstas permiten los retoques y la redimensión-, aunque teniendo en cuenta las mínimas precauciones en el párrafo anterior y un mínimo de estabilidad cuando grabemos… así como

El proceso se puede completar en muy pocas horas, incluso desde una tablet, y es un valor añadido más de la competición desde el punto de vista informativo.

Recordatorio final

Muchos medios ya sabrán de que la información ya está disponible en el momento en que se sube a la web, gracias a los servicios RSS cada día más utilizados, o simplemente porque estén pendiente de ellos. Para los medios más ‘remisos’ no esta de más un recordarlo por mail y por Twitter con el link correspondiente en el momento en que la información esté disponible.

Este es, en resumen, el proceso informativo -que puede ser realizado por una sola persona, si nos marcamos un orden y unas prioridades, y lo digo por experiencia propia en muchos eventos- de cualquier competición ciclista, pero que también es perfectamente adaptable si vamos a dar para la información previa a la carrera, laque podemos proporcionar de nuestro club o equipo, o de cualquier otro evento deportivo o cultural de características similares.