miércoles, 28 de mayo de 2014

Lanzando más arena desde el Stelvio a los ojos del ciclismo

No estaba allí, no lo seguí lo suficiente, ni siquiera por Twitter (ironías, aparte). Realmente no sé lo que pasó. Y creo que muchos, aun estando y siguiendo allí, tampoco. Parece ser que hubo un error humano y muchos malentendidos, interesados o no. Y gente que sacó tajada y algunos que no… y que la quieren sacar después.

Es lo de menos: para los verdaderos aficionados, la imagen que les quedará, que nos quedará, es la de un gran día de ciclismo, una de esas jornadas que justifican ese archirrepetido y manido pero superjustificado adjetivo de épico. Y con eso me gustaría quedarme, independientemente de triunfadores, derrotados y engañados.

Pues bien, esta mañana ha habido reunión de pastores y, esperemos, que no haya cordero muerto, aunque veremos si lo ofrecen para cenar, después de la etapa. Por mucho que pasase lo que pasase, lo que pasó, pasó, aunque suene a perogrullo. Si en las casi dos horas desde que se coronó el Stelvio hasta que se llegó a Val Martello hubo tiempo más que de sobra para buscar soluciones y no solo la polémica y las justificaciones, ¿por qué no se hizo y se quiere hacer ahora, a posteriori?

Pensar en modificar un día después –aunque sea parcialmente- cualquiera de las conclusiones, de los resultados, de ese final no es sino lanzar una nueva palada de arena a los ojos del ciclismo, de cara a nosotros mismos pero sobre todo de cara al exterior. Y ya estamos bastante cegados con experiencias similares, pero seguimos sin aprender. Y si encima el Omega quiere judicializar el tema, muy mal vamos.

PD1: ¿Qué los directores no deben hacer caso a Twitter? Por supuesto que sí, siempre que la cuenta tenga carácter oficial y se pueda considerar fiable. Pero en caso de duda y, sobre todo de contradicción, hay que recordar que radio vuelta es la que manda. Y que, aparte de estas dos vías, hay más de una forma distinta de consultar y contrastar estas informaciones dispares.

PD2: Leo un interesante recordatorio: En carrera el control es de los comisarios, no de los organizadores (aunque estén coordinados y en algunos casos, desgraciadamente subordinados). Por ello, sería interesante como tuiteaba Matxin, que el presidente de la ‘Giuria’ manifestase públicamente lo que ordenó, para cerrar la polémica.

viernes, 23 de mayo de 2014

El Europeo de pista vuela a las Antillas americanas

Guadalupe es un pequeño archipiélago en las Antillas, en el mar Caribe, considerado como departamento francés de ultramar –con representantes por lo tanto en la Asamblea y el Senado galo- y región ultraperiférica de la Unión Europa. Su capital es Basse-Terre, con apenas 11.000 habitantes, distante 8.800 kilómetros de París.

Pero no es en la capital, sino en la segunda ciudad en importancia de la isla principal, la primera desde el punto de vista económico y con una población bastante mayor (30.000 personas), Baie-Mahault, donde se encuentra un velódromo descubierto que responde desde 2010 al nombre de Amedée Detraux, un antiguo campeón guadalupeño, ya que desde su inauguración en 1991 se le conocía como Gourde-Liane. Un recinto que no nos dice mucho en positivo vista la la imagen adjunta… pero que tendrá su importancia ya que será la sede del próximo Campeonato de Europa de ciclismo en pista élite entre el 16 y el 19 de octubre.

No he conseguido saber cuál es la cuerda de ese recinto, pero imagino que como poco la ya nada habitual distancia de 333 metros… si no nos vamos por encima. Eso sí, si se llena el ambiente puede ser tremendo ya que el uso compartido que hacía con el fútbol supone unas gradas con capacidad para más de 10.000 personas.

La UEC lo ha oficializado esta tarde, aunque el run-run de la noticia llevaba bastantes tiempos sonando en los mentideros de la pista…. algo que no terminaba de convencer a nadie pese a las tradicionales bondades caribeñas. Pero ni las condiciones del velódromo ni mucho menos las del viaje –difícil volar por menos de 1.000 euros, por no hablar del alojamiento en una isla que vive, sobre todo, del turismo- convencían a nadie, salvando a los franceses, que ya organizaron allí sus Nacionales en 2009, aunque sea más conocido el recinto por acoger un final de etapa del Tour de Guadalupe.

Y aunque los franceses están en su perfecto derecho de organizar un evento de este calibre en su territorio, y la UEC de concederlo, ¿realmente no es preocupante en los tiempos que corren tenerse que ir a otro continente, geográficamente hablando, cuando hay en la ‘Vieja Europa’ varias decenas de recintos que podrían acogerlo en mejores condiciones? De hecho se habló también del nuevo recinto suizo en Granges. Esperemos que haya alguna ‘ayuda a la participación’ en términos de viaje o alojamiento, aunque ahora mismo lo que pienso es que algo no termina de funcionar en esto de la pista.

lunes, 19 de mayo de 2014

Teruel existe

Ayer domingo me levantaba leyendo la noticia de la victoria de etapa de Eloy Teruel en la Vuelta a California. Pero en un segundo vistazo más atento sobre la pantalla del ordenador –con los ojos nebulosos tras haber dormido poco más de cinco horas- me sacó de mi error: el bravo murciano se había equivocado al celebrar su triunfo una vuelta antes de que acabase el circuito de Pasadena.




Naturalmente, este tipo de sucesos siempre origina burlas más o menos sarcásticas o simplemente graciosas en el pelotón. Y el propio Eloy no fue menos, como pudimos leer en su cuenta en Twitter.

Lo verdaderamente lamentable es que, como decía el corredor, nadie lo había visto, al menos en España, donde sus ‘ganas de victoria’ pasaron completamente desapercibidas, tanto o más que su magnífica cuarta posición en la contrarreloj de la prueba californiana a poco más de un minuto de Bradley Wiggins, pero a sólo 16” del tercero, un tal Taylor Phinney. Y esto iba completamente en serio.

Como bien decía ayer @danibici, alguno le tendrá bastante más en cuenta el próximo 27 de junio cuando se dispute la contrarreloj del Campeonato de España en esos mismos 47,1 kilómetros de Ponferrada que acogerán el Mundial en septiembre, para los que es uno de los claros favoritos al podio, incluso a la victoria.

Como siempre he dicho, si Teruel (o Albert Torres o algún otro pistard más) fuese inglés o australiano estaría corriendo en el Sky o en el Orica. Pero como es español, solo le queda el camino de la emigración y, de vez en cuando, hacer suyo el lema de la ciudad con la que comparte apellido: “Teruel existe”.

jueves, 15 de mayo de 2014

La nueva edad de oro del récord de la hora

El récord de la hora ha sido, en la historia del ciclismo, un ‘evento’ comparable en a las ‘grandes’ vueltas o a los monumentos, otro objetivo más, y de los importantes, de los grandes campeones. Sin embargo, a muchos de los jóvenes aficionados que me estaréis leyendo quizás os suene a ‘batalla de abuelete’, habida cuenta del escaso movimiento en torno a esta ‘performance’ que ha habido en los últimos quince años. 

Y todo ello por una absurda interpretación de la UCI de primar el físico sobre la tecnología, por lo que obligó a afrontarlo en lo que Joan Llaneras definió acertadamente como una bicicleta de puntuación, quitando todo el encanto a estas tentativas y al mismo tiempo condenándola al olvido. ¿O es que mucha gente sabe que el actual poseedor, desde 2005, es un semidesconocido checo llamado Ondrej Sosenka con 49,700 kilómetros?

Basta con dar un repaso a la historia del récord para percibir la épica de esta actuación ciclista. Comenzando por Henri Desgrange, primer récordman en 1893, con 35,325, diez años antes de crear el Tour de Francia. O la rivalidad entre el francés Marcel Berthet y el suizo Oscar Egg, que lo batirían cinco veces entre 1912 y 1914. O las seis veces roto en la década de los treinta, antes de que  Fausto Coppi, lo batiese en 1942 en el velódromo milanés de Vigorelli, bajo las bombas en la II Guerra Mundial… dejándolo intocable hasta 1956 cuando lo superaba por primera vez un jovencísimo Jacques Anquetil, que incluso lo batiría en una segunda ocasión al final de su carrera, aunque no fue homologada ya que se negó a pasar el entonces incipiente control antidopaje. O la presencia de notables rodadores de los cincuenta y sesenta caso de Ercole Baldini, el malogrado Roger Riviere o Ferdinand Bracke. Y sobre todo con un Eddy Merckx, que llevó la marca hasta los 49,431, en una intentona realizada en México –como había hecho poco antes el discreto danés Ole Ritter-, aprovechando el beneficio de la altitud, pero sin ninguna preparación especial y tras una larga y agotadora campaña.

Esa mítica del hombre dio paso a la tecnología, primero con Francesco Moser, que descubrió las lenticulares y buscó la mejor aerodinámica. Posteriormente con el excéntrico Graeme Obree, y su incomodísima postura del ‘huevo’, y su compatriota Chris Boardman, antes de dar el paso al último gran momento de la historia del récord, con el ‘pique’ entre Miguel Indurain y Toni Rominger, aunque sería nuevamente Boardman quien llevaría el récord hasta los 56,375 kilómetros, el récord que fue anulado absurdamente –y sobre todo contra sus propios intereses deportivos y comerciales- por la UCI en el año 2000.

Por ello cuando Fabian Cancellara anunció que iba a enfrentarse con el récord de la hora, le ‘recomendé’ que lo que debía buscar era esa mejor marca de Boardman y no el soso registro de Sosenka, por mucho que este fuese el récord homologado oficialmente. No me imaginaba al suizo compitiendo sobre un ‘hierro’, y mucho menos a Trek renunciando a la tecnología que podía ayudar indudablemente al mejor rodador –en carretera- del siglo.

Por ello no puedo sino felicitarme –y desde luego felicitar a la UCI, porque con este gesto y otros aún en estudio ha comprendido que el único camino del ciclismo es la modernización- por abolir las diferencias entre récord y mejor marca de la hora, y sobre todo por posibilitar que el récord pueda ser batido con cualquier bicicleta que se considere reglamentaria en cualquier disciplina de fondo de pista.

Cancellara, pues, podrá usar la más moderna tecnología para batir el récord vigente, que, sin embargo, sigue siendo ese ahora más que asequible 49,700. Sin embargo, en el punto de mira del suizo estarán los 56,375 de Boardman. Y ojo, con estas nuevas reglas un pistard nato como Bradley Wiggins tiene más posibilidades incluso que el suizo. Y seguro que más ganas, conociendo el carácter del ‘Sir’. 

El récord de la hora entra en una nueva edad de oro.

martes, 13 de mayo de 2014

¿Cambios en el ciclismo?

Son –somos- muchos los aficionados los que piensan –pensamos- que la mayor parte de las carreras ciclistas profesionales se bloquean en exceso por el alto número de corredores por equipo, que piensan más en controlar la situación el mayor tiempo posible que en distintas alternativas tácticas desde el principio que darán mayor emoción a la prueba.

El debate no es nuevo, pero la diferencia es –dicen- que la UCI está estudiando  esta posible reducción de efectivos entre otras serie de medidas para ‘modernizar’ nuestro deporte, que falta le hace. Además, esa disminución podría conllevar otros beneficios ‘colaterales’, como la reducción de la cantidad total de corredores en el pelotón, algo que últimamente está generando bastante peligro de caídas en los primeros y nerviosos días de carreras como el propio Tour de Francia, o por el contrario permitir la presencia de más escuadras en la línea de salida, un tema que quizás haya que estudiar si sigue adelante la reforma UCI en los términos planteados.

Sin embargo, no debemos olvidar que el ciclismo es un deporte de equipo y no de individualidades con un mismo patrocinador, como a algunos les sigue pareciendo. Por ello, pensar en una clásica con solo cinco corredores por escuadra es una aberración solamente tolerable en ese despropósito reglamentario que son los Juegos Olímpicos, por mucho que pueda conllevar un desenlace tan espectacular pero impropio como el que vivimos en Londres 2012. Sin embargo, pasar –en un primer momento- de ocho a siete ciclistas en las clásicas debería ser un planteamiento a estudiar. Luego, la experiencia servirá para valorar en su justa medida si ha sido conveniente o no la modificación.

¿Y en las carreras por etapas? Durante mucho tiempo los equipos en las ‘grandes’ tuvieron entre diez y doce corredores y tan sólo en los últimos años se ha pasado a los nueve hombres por escuadra. En este caso, son muchos los que clamarían al cielo si se redujeran las formaciones a ocho, con el riesgo de que les pase como al Garmin en el presente Giro, que se habría quedado con sólo seis ciclistas tras las bajas de Martin y Koldo en ese trágico inicio irlandés. Y claro, con tan escaso potencial es muy complicado defender las opciones de un hombre en la general, o incluso de cara a una ‘volata’, aunque en este caso haya sido precisamente la baja de su líder.

Aquí es precisamente donde entra la imaginación, las propuestas arriesgadas que tanto parecen echarse en falta en el ciclismo, recuperando el título de este ‘post’: cambio, pero no como modificación, transformación, sino como relevo, sustitución. Vamos, dando a entrada a un ciclista desde el ‘banquillo’ como sucede en el fútbol.

La idea que propongo es tan simple como ‘inaudita’, y seguro que me lloverán palos de los puristas: durante los primeros días de una ‘grande’ –por ejemplo, la primera semana o diez días- todos los equipos participantes podrán sustituir a uno o dos corredores lesionados –o sin lesionar, para evitar picarescas- por otros reservas previamente determinados, que no contarían ya para las generales, pero sí para los triunfos parciales o para ayudar al líder. Así el equipo que tuviera la desgracia de perder a un corredor no se vería lastrado al tener un equipo más reducido. O incluso podrían verse otras opciones tácticas de alinear al principio un determinado tipo de ciclista para dar luego entrada a especialistas distintos.

No sé si este hecho se habrá producido alguna vez en nuestro deporte, en una grande desde luego que no, pero por poco: el Giro de 1976 invitó al Kas a alinear a un nuevo corredor cuando el malogrado Juan Manuel Santiesteban encontraba la muerte en la primera etapa en tierras sicilianas. La escuadra vitoriana no aceptó… porque no pudo gestionar en tiempo y forma el viaje del relevo.

jueves, 8 de mayo de 2014

El otro pasaporte del ciclismo

Tengo que reconocer que dispongo de bastantes pocos datos sobre el tema y que supongo que no se puede hablar de una situación general sino de la acumulación de casos particulares. Pero, en cualquier caso, el hecho de que varios corredores se hayan quedado sin poder correr el Giro de Italia por no tener un visado a tiempo para visitar un país en el que apenas se corren tres etapas me parece lamentable. Para llorar o para reír, según se mire. Y luego nos quejamos de la imagen de nuestro deporte.

Es posible que haya habido dejadez por parte de los equipos a la hora de pedir los visados, postergando una petición que podrían haber realizado con muchos meses de avance para que no les pillase el toro diplomático. O que la ‘culpa’ sea de las Embajadas británicas en distintos puntos del orbe que se han tomado esta petición como una cualquiera: si llegamos a tiempo bien, si no, pues también. E incluso la organización del Giro también puede ser responsable por no haber gestionado con las autoridades norirlandesas algún tipo de ‘invitación’ para facilitar el trámite burocrático, que en el fondo solo es eso: no hay trampa ni cartón en esta ‘inmigración’

Insisto: hablo sin tener los suficientes datos, pero también con la indignación que supone que se dé una situación –o una suma de situaciones, mejor dicho- como esta en la segunda carrera mundial, en pleno siglo XXI y en un país que presume de civilizado –o a lo mejor es precisamente por eso- como el Reino Unido. Y no debe ser muy complicado de solucionar porque otros deportistas como los futbolistas salen al extranjero casi todas las semanas y no viven esas situaciones. Y supongo que en estos equipos habrá colombianos, kazajos o rusos, como en los grupos ciclistas afectados.

Como siempre, no estaría mal que la UCI tomase nota y propusiera al COI que habilitase una suerte de pasaporte deportivo, a imagen del diplomático, que evitase estos lamentables vetos.

viernes, 2 de mayo de 2014

Santo ciclismo

En estos tiempos en que nuestra ministra de Desempleo se encomienda a la Virgen del Rocío como la solución mágica a nuestros problemas laborales o se concede la medalla de oro al mérito policial a la Virgen del Amor, el ciclismo también podría sumarse con algún rezo a la patrona del ciclismo para que nos ayude a salir de la crisis en la que también se encuentra, sobre todo en esta reserva espiritual que es España, aunque afortunadamente el nivel de seriedad de nuestro deporte es bastante mayor que el de nuestros gobernantes.

Pero, ¿quién es la patrona del ciclismo?

Oficialmente para la Iglesia Católica Romana es la Madonna de Ghisallo, que se encuentra en una pequeña iglesia situada en Magreglio en la provincia de Como (Italia). Cuenta la leyenda que un conde medieval fue abordado por unos bandoleros en aquellos parajes. Pero la virgen se le apareció y puso en fuga a los asaltantes. Agradecido, erigió un pequeño santuario a la que sería patrona de los viajantes, aunque en el siglo XX los ‘bandidos’ más frecuentes por aquellos lares pasaron a ser los ciclistas, ya que el paraje –la cima de Ghisallo- se encuentra en pleno recorrido del Giro de Lombardía y de otras pruebas y marchas ciclistas.

En 1948 el sacerdote local Ermelindo Vigano -aficionado al ciclismo, claro está- propuso al Papa Pío XII, quien aceptó de inmediato, que fuese proclamada patrona universal de los ciclistas. Una comitiva se encargó de llevar una antorcha bendecida y que todavía arde –en honor a todos los ciclistas fallecidos- desde el Vaticano hasta el santuario, con los míticos Fausto Coppi y Gino Bartali –que entonces representaban a dos Italias casi irreconciliables- como últimos relevistas. Desde entonces, numerosos campeones hicieron ofrendas como maillots, bicicletas, fotografías, recortes de prensa y otros recuerdos, entre los que se destaca la bicicleta en la que encontró la muerte Fabio Casartelli, un corredor de aquella zona, en pleno Tour de Francia de 1995, o la primera bicicleta de aluminio, una Bianchi de 1947.

Tanto es así que los objetos comenzaron a ser excesivos para la pequeña capilla, por lo que se decidió crear un museo que se inauguraba en octubre de 2006, bendecido por el mismo Papa Ratzinger… y que desgraciadamente se cerraba el pasado mes de noviembre, debido al importante déficit que acumulaba año tras año. Se habló de buscarle fórmulas para permitir su viabilidad con el fin de reabrirlo en abril. Pero el plazo ha pasado y no hay ninguna noticia cierta, solo buenas intenciones respecto a un lugar que no debería echarse a perder. De hecho, laweb del museo está casi totalmente orientada actualmente a la captación de donaciones.

Notre-Dame des Cyclistes

Quizá por puro chovinismo o para demostrar que su amor por el ciclismo es también divino, los franceses pensaron que ellos también querían tener su patrona y su santuario ciclista. Fue otro sacerdote –el padre Joseph Massié- quien eligió en 1958 la antigua capilla semiabandonada de Géou, de origen templario, en Labastide d’Armagnac, en Las Landas, a la que se rebautizó como Notre-Dame des Cyclistes. El Papa Juan XXIII aceptó, en mayo de 1959, convertirla en santuario nacional de los ciclistas, bajo la protección de Nuestra Señora. Desde 1996 también es monumento nacional.

Como en el caso de Ghisallo, numerosos ciclistas –principalmente franceses, pero también otros como Luis Ocaña- han donado maillots, bicicletas... con lo que el lugar se ha convertido también en un museo del ciclismo. También había un maillot de Lance Armstrong, pero fue descolgado en 2012 tras reconocerse su dopaje. Pero, sin duda, lo más curioso es la vidriera diseñada por el ex corredor Henri Anglade –segundo tras Bahamontes en el Tour de 1959-. La ‘grande bouclé’ ha pasado en varias ocasiones junto al santuario, llegando a salir de la población de Labastide en 1989.

Nuestra Señora de Dorleta

También en España, surgió una iniciativa similar, contemporánea a la de los franceses, con el santuario de Nuestra Señora de Dorleta –en realidad Nuestra Señora de la Asunción de Dorleta-, en la población guipuzcoana de Salinas de Léniz, cerca del Puerto de Arlabán. Tras la coronación de la Virgen, que se llevó a cabo en 1958, un grupo de ciclistas vascos –constituidos en un comité- pensó que podría ser la patrona de los ciclistas españoles e inicio una amplia labor diplomático-eclesiástica, tan bien vista en aquellos años.

Tras obtener el beneplácito de las Federaciones de Gipuzkoa y Bizkaia y posteriormente de la Federación Española, el Comité inició los trámites para obtener de la Santa Sede la declaración canónica de la Virgen de Dorleta como patrona de los ciclistas españoles. Juan XXIII lo aprobaba en agosto de 1959, tras haber recibido a una comitiva  de tres ciclistas –me gustaría saber quienes fueron los comisionados- que llegaron a Roma en bicicleta. También allí numerosos ciclistas, aficionados y profesionales, han entregado sus ofrendas deportivas, aunque no de forma tan masiva como en las capillas italiana o francesa.

Curiosamente, hay otra imagen de la Virgen de Dorleta muy vinculada con el ciclismo nacional, en este caso el aragonés, ubicada en un modesto pedestal en Jaulín, destino de una tradicional marcha cicloturista-peregrinación-ofrenda con la que inician la temporada año tras año. Y otra imagen similar en Valencia. Y en Cataluña, aunque no sea patrona oficial, la Virgen de Montserrat mantiene una larga relación con los ciclistas y con otros deportistas, quizá por el magnífico escenario que supone la ruta que conduce hasta la ‘Moreneta’.

Saint Germain de la Rouelle

Creía que ya había encontrado a todas las patronas de nuestro deporte cuando por casualidad me encuentro esta mención a San Germán como patrón de los ciclistas, concretamente belgas, elegido “después de muchas dudas y pacientes investigaciones”. Sin embargo, no he encontrado ninguna referencia más a este hecho, al menos en la red, por lo que agradecerá cualquier tipo de información adicional.

De todas formas, es curiosa la historia de este Saint Germain, conocido por sobrenombres como ‘el Escocés’, ‘del Mar’ o Saint Germain de la Rouelle –de la rueda-. Y es que cuando quiso cruzar el canal de La Mancha para continuar su apostolado no encontró ni barca ni pescador que le llevara. Sus plegarias al señor para que le ayudara a cruzar el estrecho se tradujeron en una rueda de carro con la que hizo la travesía. Esa es la razón del patronazgo que, como he dicho, no he podido confirmar. Eso sí, la festividad de este San Germán se celebra precisamente hoy, 2 de mayo.