lunes, 4 de noviembre de 2013

La crisis económica llega también a la UCI

Manchester ha sido escenario este fin de semana de la primera manga de la Copa del Mundo de pista, una competición que en sus mejores tiempos llegó a contar con cinco puntuables, cifra que luego redujo a cuatro y finalmente a tres, una cantidad bastante más acorde con los tiempos que corren, ya que los desplazamientos intercontinentales que exigen comienzan a estar al alcance de muy pocos países.

Sin embargo, lo que nunca había ocurrido es que con la competición empezada aún estuviera pendiente la designación de una de las sedes y más aún cuando estamos hablando de apenas dos meses y medio vista. Y es que, al parecer, las condiciones exigidas por la UCI estaban fuera del alcance –o del interés- de casi todos, por lo que la sede permanecía vacante. No es la primera vez que las condiciones exigidas por el máximo organismo internacional –o alguno de sus partners- obligan a renuncias más o menos injustificables, como sucedió con las retransmisiones televisivas del pasado Mundial de Toscana. Y es que parece que el máximo organismo internacional no se ha enterado, o no se ha querido enterar, de la tan cacareada crisis.
 
Ahora, que han empezado a ver las orejas al lobo parece que han rebajado sus pretensiones en lo que se refiere a la Copa del Mundo y ya hay algún tímido candidato: a Guadalajara –que ya se postuló hace semanas-, se le han unido Sudáfrica, París y alguna más, según lo que se escuchaba entre bambalinas en Manchester. Esta semana posiblemente tengamos una solución, aunque cualquier desplazamiento extra europeo volverá a ser un ‘pellizco’ para las arcas de las federaciones, que si sufren la crisis, y que aún no se han puesto de acuerdo para exigir una compensación por su participación, como sucede en otros deportes.

Sin embargo, no es el único frente abierto que el máximo organismo debe cerrar a pocos meses vistas, ya que el Campeonato del Mundo de ciclismo adaptado en pista, que debería celebrarse este invierno, tampoco encuentra sede. Y también parece ser un desencuentro entre ofertas a la baja y demandas millonarias.

En todo caso, no está de más recordar que la UCI posee su propio velódromo en su sede de Aigle, y aunque es de 200 metros, en caso de ‘emergencia’ bien podría albergar una competición… aunque ello supusiera renunciar a sus ingresos habituales por venta de derechos. Quizá entonces se darían cuenta de que la realidad de la crisis económica también llega a la propia UCI.

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