lunes, 2 de septiembre de 2013

Fernando Alonso, el eslabón perdido entre sociedad y deporte, entre ciclismo y automovilismo

Hoy es un día para la euforia, para descorchar una botella de champán. Y es que no basta con felicitarse por la gratísima –e inesperada- noticia de que sigamos teniendo un nuevo equipo ciclista al más alto nivel.
Es cierto que la compra de la licencia del Euskaltel por parte de Fernando Alonso no significa la continuidad de la estructura del equipo vasco en lo que se refiere a su filosofía, sino que simplemente se mantiene la licencia UCI Pro Tour en nuestro país, independientemente de la continuidad de una quincena de ciclistas, en su mayoría vascos, que algo de color darán. Y solamente por eso es una excelente noticia, aunque haya más. Bastante más.
No obstante, hay que ser realistas y pensar que todo lo mucho que ha salido publicado hoy son elucubraciones, ya que las únicas manifestaciones de Alonso en su web se refieren a que “ilusión, seriedad, sacrificio, evolución y transparencia son las palabras sobre las que este equipo sentará sus bases”, a la manida ‘tolerancia cero’ –algo que de, tan claro y evidente, debería ser obviado en cualquier declaración de intenciones- y a una mención a “un equipo nuevo” que no por estar en el último párrafo no deja de tener su importancia.
Aun así, ya he leído comentarios sobre el nuevo carácter asturiano del equipo, sobre el apoyo del Banco de Santander, sobre la aplicación de la tecnología de Ferrari, a imitación del Sky y McLaren. Conjeturas posibles, probables, incluso algunas deseables, pero al fin y al cabo conjeturas. El tiempo dirá, aunque este primer año no corre precisamente a favor.
Lo más importante, muy importante, aparte de la ‘continuidad’, es que por primera vez un personaje público –lo de Linda McCartney pudo ser un procedente pero resultó lamentable, y lo de Tinkof no merece ni el más mínimo comentario- ha apostado de forma decidida por implicarse de forma personal en un proyecto deportivo distinto al de su práctica habitual. Algo tan sencillo que podría –debería- ser imitado por otros personajes la mayoría de las veces que salen en los papeles no es por sus actuaciones deportivas –un día o dos a lo sumo a la semana- sino por sus peinados, por sus suplencias, por sus anemias, por sus despistes… A lo mejor es una vía interesante que abrir en esa Ley de Mecenazgo que ni existe, ni se la espera.

Y no me resisto tampoco a llamar la atención de la misma DGT para aprovechar esta ocasión irrepetible para cumplir esa misión de velar por todos –TODOS- los ocupantes de la vía pública. Y es que cuando hay tanto cazurro suelto que se cree que las carreteras son pasto de una pésimamente mal entendida devoción por la velocidad de Alonso, la implicación del asturiano es la mejor prueba de que la convivencia entre ciclismo y automovilismo, bicicleta y coche, es posible y deseable. Está por ver si María Seguí es capaz de enterarse de esta oportunidad histórica.

1 comentario:

  1. si hombre, ahora van a sacar una ley de mecenazgo... entonces se les acaba el tema "hay un sobre para ti" y no precisamente el que abre el maryqueen JJV

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