miércoles, 7 de agosto de 2013

Portugal ciclista, tan cerca pero tan lejos

Cada cierto tiempo, los medios informativos nos traen todo tipo de noticias sobre una hipotética unión política entre España y Portugal. Encuestas, estudios, declaraciones de personajes públicos… sobre una idea que divide a los portugueses y causa absoluta indiferencia en España.

Y ese es el grave problema: que aquí nunca hemos mirado hacia el país vecino, al que hemos ‘saltado’ cuando nuestro objetivo eran las Américas o hemos dado simplemente la espalda cuando nos volvimos hacia esa Europa que ahora tan mal nos trata. No es el objetivo de este post analizar las ventajas y los inconvenientes que podría tener una integración de este tipo en el ámbito económico… aunque en el mundo del ciclismo las consecuencias podrían ser muy positivas en la actual situación de crisis.

Desgraciadamente, tampoco se ha mirado mucho hacia Portugal en nuestro deporte y tan sólo en los últimos años se ha buscado el pelotón luso como un clavo ardiendo para varias decenas de ciclistas que se merecerían un hueco en cualquier equipo del mundo. Y desde luego, en España, si la situación no fuera tan dramática como lo es actualmente… y como lo va a ser aún más en 2014.

Y es que la, salvo milagro, segura desaparición de Euskaltel, dejará el pelotón nacional con sólo dos equipos, un proTour y otro continental, a expensas de saber qué puede suceder con el Euskadi –que también está en la cuerda floja, como bien ha avisado Madariaga- y el siempre denostado Burgos. Un panorama dantesco que, como en otros ámbitos de la vida socioeconómica de nuestro país, sólo se va a resolver con la emigración… o con la búsqueda de ideas alternativas y originales.

Mucho se ha hablado también de la necesidad de coordinar el calendario ciclista con Portugal. Pero mientras que esta medida llega algún día –si llega-, no está de más recordar el ejemplo del país vecino, con seis escuadras, todas ellas continentales, y con una Vuelta a Portugal, que precisamente comienza hoy, que optó por bajar de categoría para darles cobijo a todos ellos, renunciando a equipos de mayor nivel.

Obviamente esto no es lo que nadie deseamos para la Vuelta a España… pero sí que es una fórmula, la de los continentales, que en la actual situación debe entenderse como la única salida a corto plazo para la crisis de equipos en la que ha entrado el ciclismo español. Y de forma paralela, un calendario lo suficientemente digno para todos ellos. Junto a Portugal, preferiblemente.

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