lunes, 29 de marzo de 2010

Terminó el Mundial de Copenhague, ¿terminó el Mundial?

Hoy es el día D, de después, del Mundial de pista de Copenhague. El momento de hacer un primer análisis en frío de lo que ha sido este Campeonato, el evento que ha marcado un punto de inflexión en la historia de esta disciplina, aunque mucho me temo que sea entre una curva ascendente –la que marcaba esta disciplina gracias a la espectacularidad lograda en los últimos años- y la descendente que comienza ahora, mucho me temo.
 
Y un Mundial que puede diferenciar dos tipos de corredores: aquellos que no tienen problemas en dedicarse a la pista, con el objetivo de este evento –y que seguirán sobresaliendo anualmente en disciplinas ya condenadas como la persecución, la puntuación o la madison- y los que sacrificarán un brillante porvenir como especialistas para convertirse en los generalistas del omnium. Y, por supuesto, dos tipos de países: los que seguirán apostando cada año en todas y cada una de las disciplinas del Mundial y los que pasarán a dedicarse exclusivamente a lo que el COI ha bendecido, buscando la gloria olímpica exclusivamente.
 
Australia ha sido la gran dominadora de este Mundial, demostrando que todo va por ciclos y que es necesaria una renovación, a veces incluso traumática, para renacer con más fuerza. Gran Bretaña, por el contrario, no parece preocupada ya que dice tener dos años hasta Londres. Y en el equipo ‘aussie’ tenemos a los dos grandes triunfadores del Mundial. Por un lado una corredora como Anna Meares, doble medallista en 500 y velocidad olímpica, que no tendrá ‘problemas olímpicos’, ya que puede optar hasta a tres medallas en Londres. Por otro, el extraordinario Cameron Meyer, ganador en puntuación –en una demostración a lo Llaneras-, en madison –casi, casi- y en persecución por equipos, siendo uno más del cuarteto, Pues bien, este joven veinteañero solo podrá brillar en Londres si lo hacen sus tres compañeros de cuarteta … o si deja todo y pasa a ese antiguo cajón de sastre llamado omnium. Aunque posiblemente la continuidad de sus logros esté en el asfalto, con los colores del Garmin.
 
Más ejemplos. Taylor Phinney –doble campeón del mundo en persecución y excelente y sorprendente kilometrista, es decir un ciclista polifacético candidato a brillar en el omnium- tuvo que rendirse a las evidencias de que en el ‘pentatlón’ no va a ganar ni el mejor, ni el más fuerte, siquiera: lo hará el que no sufra las alianzas en contra en pruebas tácticas como el scratch y, sobre todo, la puntuación. Es lo que hemos aprendido tanto el sábado con Leire Olaberria como el domingo con David Muntaner, que llegaron como líderes a la cuarta prueba y se marcharon de ella sin opciones.
 
Finalmente, si reparamos en los nombres de los vencedores, Edward Clancy y Tara Whitten, veremos que nunca han sido corredores punteros en otras disciplinas, sino todoterrenos que han tenido la suerte a su favor, aunque muchas veces haya que buscarla, y puedo asegurar que ambos se lo han merecido en Copenhague. Y es que el más completo no tiene por qué ser el mejor, y esta es la evidencia.
 
Y por mucho que mi amigo Raúl Mena -comentarista de Biciciclismo- haya disfrutado con el omnium –de haber estado allí posiblemente pensaría como él y más si hay ‘dos de los nuestros’ con opciones-, me imagino que el público se quedará con las exhibiciones de Meyer, por ejemplo, que con la regularidad de Clancy. Y por supuesto antes con la persecución de Phinney, y no sólo por su rendimiento sino por su emoción, que con su anodino omnium.

sábado, 27 de marzo de 2010

Llega el gran espectáculo del nuevo ciclismo, el Supercross BMX

Aunque mi corazón esté hoy en Copenhague con la selección española de pista animando a Leire Olaberría, esta tarde me trasladaré, espero que con otras cinco mil personas más, al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, para contemplar y disfrutar con las evoluciones de casi un centenar de ‘riders’ en la prueba inaugural de la Copa del Mundo de BMX Supercross, y con el deseo de que ‘nuestros’ Pablo Galán y Rafa Alvarez de Lara puedan llegar a las rondas finales.

Es curiosa la relación entre estas dos disciplinas ya que el BMX fue el ‘culpable’ de la desaparición del kilómetro del programa olímpico en Pekín. Y es que el COI, inmovilista para muchas cosas, tomó en este caso una decisión ‘revolucionaria’ dando paso a una disciplina como el bicicross en claro auge entre los más jóvenes, aunque ello significase el adiós del clasicismo de la pista, en una tendencia que se ha confirmado en Londres y que, desgraciadamente me temo, se culminará en Río de Janeiro en 2016. Lo ideal, para nuestro deporte, habría sido mantener tanto pista como BMX, pero por estos aumentos el COI no pasa.

Eso no quiere decir que la decisión sea injusta, todo lo contrario, ya que el BMX es una de las disciplinas ciclistas más populares entre los jóvenes, mucho más que la pista, sobre todo en países ciclistas emergentes. Espectacularidad, emoción, rivalidad, rapidez, facilidad de práctica… muchas ventajas para no ser tenidas en cuenta, aunque en España no termine de cuajar, de momento.

La UCI está decidida a la máxima promoción del BMX con la creación de esta Copa del Mundo en su modalidad más espectacular, el Supercross. Y aunque las próximas citas de Chula Vista o Frejus tendrán lugar en países con más afición como Estados Unidos o Francia, ninguna será tan espectacular como la de esta tarde, la única ‘indoor’ de todo el circuito, con todo lo que conlleva. Todo ello gracias a Last Lap, posiblemente la empresa polifacética y seria de España en lo que a realización de eventos ciclistas se refiere.

Y curiosamente en un recinto idóneo que en los sesenta vibró con los ‘Seis Días de Madrid’, de ciclismo en pista y que tras el incendio de los noventa dio pasó a un nuevo polideportivo que ahora acoge al BMX, aunque para ello se hayan tenido que trasladar casi 140 camiones con 3.000 metros cúbicos de arena que cubran 5.600 metros cuadrados de pista.

martes, 23 de marzo de 2010

El examen más complicado para Leire Olaberria

Siempre que hablo con Leire Olaberria me acuerdo de aquella ‘meritoria’ que, a la sombra de Gema Pascual, reclamaba una oportunidad en la selección nacional de pista. Esto ocurría a mediados de 2005 y desde entonces la donostiarra no sólo se ha convertido en la ‘titular’ del combinado español, sino en una garantía de competitividad en las grandes citas, aunque los resultados en pruebas que no dependen del cronómetro nunca pueden estar seguros al cien por cien. Por ello no quiere ni oír hablar de medallas, pero mal que nos pese es la única gran baza de podio en el inminente Mundial de Copenhague.

Leire ganó ‘in extremis’ pero merecidamente una medalla olímpica en Pekín. Le ha cogido el gusto y quiere volver a repetir en Londres. Pero el camino de la Olimpiada no es fácil: le han quitado ‘su’ puntuación y le han dicho –como a todos los fondistas- que si quieren medallas, que se reconviertan y que se adapten al omnium como única alternativa. Y sin prisas, pero sin pausa, la guipuzcoana se ha pasado todo el invierno ganando masa muscular para mejorar en las pruebas cortas, algo que no es fácil pero tampoco tan complicado como lo tendrán otras corredoras, dados sus antecedentes como velocista, más en el tartán que en la madera. Y ha aprendido a sufrir más que nunca, a preparar simultáneamente pruebas tan distintas como un 200 metros o una persecución.

La tarea no es fácil y el sábado tendrá el examen más complicado de su aún corta carrera. La deportiva, me refiero, porque en su vida académica –con estudios de Magisterio, Turismo e INEF- tiene mucha más experiencia. Y es que lo que encontrará en Ballerup será mucho más duro que lo que le espera en Londres: Sucesivamente, 200 metros lanzados, scratch (5 kilómetros), persecución individual (2.000 metros) –por la mañana-, puntuación (10 kilómetros) y 500 metros contrarreloj –por la tarde-; en los Juegos Olímpicos tendrá una prueba más, la eliminación, y las de fondo más largas, más acorde con sus condiciones, pero todo ello en dos días. Lo suficiente para hacerse una idea mucho más certera de lo que le espera en el horizonte de los dos próximos años. Y de quienes se revelarán como sus rivales en ese objetivo olímpico.

Aparte de una medalla de bronce, Olaberria ganó en Pekín una importante dosis de convicción en sus posibilidades. Es consciente de que aún le falta experiencia competitiva en los velódromos en comparación con otras corredoras de la élite mundial. Pero también ha aprendido que puede confiar en sí misma para superar cualquier obstáculo. Si el sábado las fuerzas le responden, se crecerá y… quien sabe lo que puede suceder. En Dinamarca, a corto plazo, o en Inglaterra, a medio.

lunes, 22 de marzo de 2010

Con la Vuelta a Castilla y León y Galicia

Esta mañana se ha presentado en el Monasterio del Prado –sede de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta- en Valladolid la XXV edición de la Vuelta a Castilla y León, que tendrá lugar a mediados del próximo mes de abril. En tan importante aniversario, no he querido perderme la presentación –notablemente llevada por un Pedro Delgado que va camino de superar en el campo de la comunicación su periplo como corredor- de una ronda a la que me vida profesional ha estado muy ligada: comencé con ellos cuando se convirtió en internacional, en 1996, después de ser una challenge de pruebas independientes –al principio- y luego de carreras consecutivas –como ocurre ahora con Mallorca-; viví su crecimiento en sus sucesivas fases de verano y de primavera; pero tuve que dejarla en su apogeo, en 2007, por la coincidencia de fechas con el Campeonato del Mundo de pista. Y curiosamente este año en que ya dejan de solaparse, no estaré ni en el velódromo mundialista ni en las carreteras castellano-leonesas, quizá por un malentendido, quizá por intereses ajenos. En todo caso, confío en que nuestros caminos vuelvan a cruzarse.

Pero no miremos al pasado, ni siquiera al futuro, sino a este presente inmediato del mes de abril. Tras tener que dejar las excelentes fechas de finales de marzo –justo las que ocupa ahora mismo la ‘Volta’- en la enésima remodelación del UCI Pro Tour, el futuro de la Vuelta a Castilla y León parecía seriamente comprometido. Sin embargo, la ronda del Club Ciclista Cadalsa sale adelante e incluso se refuerza considerablemente.

Por un lado, el presente Año Xacobeo le ha dado la ‘excusa’ perfecta para recorrer el llamado camino francés, como hizo en 2004, el año en que ‘explotó’ Alejandro Valverde con tres etapas. Pero además con la guinda de terminar en la mismísima Santiago de Compostela, en el primer final castellano-leonés fuera de la frontera. Y en cinco días que tienen tanto interés turístico como deportivo, con un recorrido en el que sobresalen el final en el Alto del Morredero y la crono de Ponferrada, al día siguiente, en lo que debe ser el primer test de los bercianos en sus aspiraciones mundialistas. Lástima que haya que esperar más de diez años para el próximo Año Santo, aunque en esta ronda siempre se han llevado bien turismo y deporte: no en vano, comparten Consejería.

Por otro, la participación. No va a ser como en 2009, cuando la presencia de Lance Armstrong propició que hubiera más periodistas que público en la salida de Paredes de Nava, aunque el sueño poco duró por culpa del batacazo del tejano en las carreteras palentinas. Aun así, la presencia de Alberto Contador –ganador dos veces de la Vuelta y segundo el año pasado- ya supone un atractivo deportivo y mediático que garantiza el éxito de la carrera. Y más teniendo en cuenta que el de Pinto pertenece a esa estirpe de corredores de antaño, que no vienen a entrenar sino a intentar ganar.

Y el tercer punto que debe garantizar el éxito debe ser la televisión. Definitivamente olvidados los tiempos en que Televisión Española ofrecía en directo todas las pruebas ciclistas, la mayor parte de las carreras tienen que recurrir a resúmenes en Teledeporte, como mucho. Aquí, la Televisión de Castilla y León ha cogido el relevo de apostar por el ciclismo y será un excelente soporte: y aunque fuera de la región no se podrá seguir la prueba, “dentro” se podrán contemplar todos los finales en directo, pese a que sigo pensando que el futuro de este deporte pasa más por buenos resúmenes que por malos directos.

viernes, 19 de marzo de 2010

Maillots: de la innovación a lo retro

Javier Guillen, director general de la Vuelta a España, oficializaba hoy en As lo que ya era un secreto a voces, que el maillot del guepardo diseñado por Custo y presentado a mediados de enero no será el que lleve el líder de la ronda española el próximo mes de agosto. "Hemos hablado con Custo y está de acuerdo en las variantes que queremos introducir. En el maillot habrá menos color negro y el tono del rojo será más intenso. Ya sabemos que su presentación creó polémica, pero no me molestó; al revés, me gustó ese debate entre modernidad y tradición”.

Por ahí se cuentan muchas historias sobre el ‘horror’ que causó el impactante diseño del modisto catalán cuando lo presentó a los responsables de Unipublic. Pero como no puedo certificar ninguna, me remito a las opiniones de algunos ciclistas recogidas en Paperblog, entre las que me quedo, por sincera y directa, con la de José Herrada: “Sinceramente, no me gusta nada. Parece un maillot comprado en el todo a cien”.

Y es que el ciclismo siempre se ha movido –y muchas veces de forma convulsa- entre la tradición y la modernidad, como se refería Guillen, aunque lo clásico siempre ha primado sobre lo nuevo. Los maillots es uno de los aspectos que mejor se refleja este inmovilismo, ya que hasta los años ochenta o noventa, los diseños eran muy simples y tan solo el color aparecía como elemento diferenciador.

La Vie Claire fue el primer equipo que revolucionó este aspecto –y otros muchos más del deporte ciclista-. El conjunto de los Bernard, Tapie e Hinault, tanto monta, monta tanto, apostó por un diseño basado en los cuadros de Piet Mondrian, con fabricación exclusiva por parte de Benetton. Curiosamente, si observamos ahora aquella equipación nos parece absolutamente clásica.

Pero si hay que elegir a alguien como ejemplo de la innovación, ese no es otro que Mario Cipollini. El ‘Rey León’ merece estar en esta historia tanto por la original ‘maglia’ cebruna del Acqua Sapone como, sobre todo, por los modelitos que exhibió en el Giro, como el de la imagen que reproduce el interior del cuerpo humano. Maillots que le costaron cuantiosas multas pero que elevaron su prestigio en estos aspectos de la imagen hasta límites inalcanzados por cualquier otro corredor.

Desde entonces, diseño y ciclismo han ido de la mano, procurando siempre dar un paso más, creando un elemento diferenciador, aunque lo importante por encima de todo es que el maillot no solo sea único, sino que además se distinga perfectamente en el seno de lo que se ha llamado ‘serpiente multicolor’. Y eso no es nada fácil.

Curiosamente, el último paso en esta historia es la vuelta a la tradición, el ‘retro’, por el que han apostado este año equipos como Quick Step o Sky. Incluso el Massi de BTT, en una disciplina que tiene fama de ser más avanzada que el ciclismo de carretera. Una vuelta a los orígenes del maillot, una palabra que viene de un apellido y que curiosamente significa prenda elástica ajustada al cuerpo –como puede ser una malla de gimnasia o un bañador femenino-, aunque se ha convertido en sinónimo de jersey ciclista.

PD: Para todos aquellos que les interese, en esta página se pueden encontrar numerosos diseños, sin olvidarnos en España del Museo del maillot de mi amigo Miguel Rodríguez Ufano.

domingo, 14 de marzo de 2010

¿Para cuando un Mundial de Fórmula 1 ciclista?

Ayer escribía un ‘tweet’ comentando que me daba envidia el Mundial de Fórmula 1. Pero no por el dinero que mueve –que lógicamente importa-, sino principalmente porque todo el mundo conoce a los favoritos –y se identifica con uno o con varios-, cómo es cada equipo, cuál es la puntuación, cómo va el Campeonato y que tiene que hacer ‘su’ piloto para seguir con posibilidades. Es un evento fácil de seguir, con fechas regularmente distribuidas a lo largo del año, en casi una veintena de grandes premios.

En ciclismo lo más parecido que hemos tenido ha sido la Copa del Mundo que incomprensiblemente dejó de existir para dar paso al UCI Pro Tour, un conglomerado de pruebas de muy diversa índole. Siguiendo con el símil automovilístico, sería cómo si fusionásemos en el Coche Pro Tour, el Mundial de Fórmula 1 –las clásicas-, el de Rallyes –las pruebas por etapas- y los grandes raids tipo Dakar –las ‘grandes’-. Con los mismos protagonistas y máquinas. Y con una puntuación que nadie conoce ni sigue.

La única consecuencia positiva, para el ciclismo español, es que a final de año tenemos a un Alberto Contador o a un Alejandro Valverde como mejor ciclista, matemáticamente hablando, del año. ¿Pero sería alguien capaz de desgranar los ‘puntos’ de cada uno? O lo que es peor, ¿saber lo que tiene que hacer tal o cual ciclista para obtener este triunfo? Lo que interesa a cada uno de los corredores del mundo son las victorias ‘parciales’, del tipo que sean: unos irán por etapas, otros por generales, otros por determinadas clásicas, otros por clasificaciones menores… A todo el mundo le agrada, a posteriori, ser el mejor del mundo, pero todavía no he oído a nadie que se marque como objetivo, a priori, terminar el año como número uno.

Es una lástima porque la Copa del Mundo sí interesaba y con unos pequeños retoques podría revitalizarse y ser uno de los grandes ejes del calendario. . ¿No lo es en España la ahora llamada Copa de ciclismo en ruta? Luego estarían las ‘grandes’, la segunda referencia. O primera, según el tipo de ciclista. El resto de pruebas se ordenarían y clasificarían en función de estos eventos.

Tan sólo quedaría elegir el número de carreras que compondrían este Mundial de F1 ciclista. Porque las que deberían integrarlo están en la mente de todos, comenzando por los cinco ‘monumentos’, siguiendo por las pruebas que se han labrado un prestigio internacional, tipo Clásica San Sebastián o Eroica, y finalizando por otras pruebas nuevas, que tengan su propia imagen de marca, en aquellos ‘mercados’ que sean interesantes, ciclísticamente hablando, sobre todo Estados Unidos, Gran Bretaña o Australia. Todas ellas en fin de semana, e incluso con dos –en viernes y domingo, por ejemplo- en aquellos puntos en que se puedan agrupar, por ejemplo, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. Y siempre, sin la coincidencia de otras carreras de primer nivel.

Hace unos años un tal Javier Ares, que algo debe saber de esto, se manifestó en términos similares, incluso condenando a las ‘grandes’ a la desaparición, y le tildaron de loco. Yo no voy tan lejos, simplemente a racionalizar en un esquema de futuro lo que está en la mente de muchos.

Por cierto, hoy ha ganado Fernando Alonso –enhorabuena y gracias por volver a estar ahí- y lidera el Mundial de Fórmula 1 ¿Sabéis quien encabeza hoy mismo la clasificación UCI? Y sobre todo, ¿le importa a alguien?

viernes, 12 de marzo de 2010

Perico continúa su lucha por los ciclistas

Antes de entrar en el fondo de este post, quiero manifestar mi admiración por Perico Delgado. Sinceramente pienso que es el ciclista español más comprometido en la lucha por los derechos de los que utilizan la bicicleta en cualquiera de sus múltiples facetas: por ocio, por placer, como medio de transporte... Son muchos los corredores que, una vez retirados de la práctica profesional, desean revertir todo lo que el deporte les ha dado, fundamentalmente compartiendo sus conocimientos y experiencia a través de las escuelas y los clubes de ciclismo, algo que siempre agradecen los que empiezan. Pero Perico lo hace desde otra perspectiva, prestando tanto sus conocimientos como su imagen –lo que retrae a muchos-. De esta forma, lleva bastantes años integrado en la ‘lucha política’, llamémosla así, como responsable del grupo de trabajo del GT44 de la DGT donde se estaba luchando por la seguridad de los ciclistas en las carreteras.

Hace unas semanas, el segoviano dijo adiós mediante un comunicado difundido en vídeo, harto de que sus propuestas sean sistemáticamente ignoradas, e incluso diciendo que temía que a los ciclistas se los terminase echando de las carreteras. Pero Perico no ha arrojado la toalla, ni mucho menos, y en compañía de otras personas y entidades, ha realizado un manifiesto de protesta por dicha falta de colaboración y para que sean tenidas en cuenta las reivindicaciones del colectivo ciclista.

Aquí tenéis el manifiesto. No hace falta contar más

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un equipo para creer, un equipo para crecer

Hacía varios años que no acudía a la presentación de un equipo profesional. En parte, porque es un acto social que ha dejado de tener la importancia de antaño, cuando era un punto obligado de encuentro entre corredores, patrocinadores y medios. Y por otro lado, por pereza para este tipo de encuentros, para qué vamos a negarlo. Pero hoy en el Club de Campo de Madrid se daban todas las circunstancias para acudir: una buen lugar, una buena hora y unos excelentes protagonistas: Caja Rural, un patrocinador con solera y con ganas de apostar por el ciclismo, un plantel de excelentes ciclistas jóvenes a muchos de los cuales les he visto ‘crecer’ desde juveniles, y un ambiente de ‘familia’ que siempre es de agradecer en el deporte. Como dijo el máximo responsable de este proyecto, Floren Esquisabel, “todos los pasos que demos serán hacia adelante”.

Por ello, el próximo objetivo es ser, en un par de años, equipo continental profesional, como lo fue en los años ochenta. Y desde ahí, cualquier cosa. Un proyecto serio, pero a la vez humilde, y con un lema que se adapta completamente a su filosofía: “Un equipo para creer, un equipo para crecer”. Y desde luego, algo que se sale de la ya desgraciadamente dominante presencia de administraciones autonómicas como garantes de la supervivencia del ciclismo profesional. Por cierto, la banca cooperativa que supone en España Caja Rural es el mismo modelo que Credit Agricole, en Francia, o Rabobank, en Países Bajos.

He podido saludar, pues, a ciclistas como José Herrada, Rubén Reig, Garikoitz Bravo, Rubén García, Arturo Mora, Higinio Fernández o Egoitz García, algunos de los cuales pedían a gritos su promoción a la máxima categoría, algo que les hubiera resultado difícil de no ser por Caja Rural. Y a otros aún en el equipo ‘nodriza’ como Airán Fernández o Jesús Herrada. Lo contrario del polaco Michal Kwiatkowski, al que se lo rifaba medio mundo por su notable currículo en las categorías inferiores, pero que ha preferido completar su formación en Navarra. Y desde luego, charlar con su director, Iñaki Juanikorena, también baqueteado desde las categorías inferiores.

Y todo ello en una presentación diferente, conducida por el ex Tele 5 Juan Antonio Villanueva, demostrando que son de agradecer –y muy necesarias- las innovaciones en este mundo del ciclismo.

En definitiva, gracias y suerte y que hagáis reverdecer los vínculos con el histórico equipo de los ochenta, ese que tuvo entre otros protagonistas a Txomin Perurena, como director, o Matheiu Hermans, como corredor, con el que se tuvo el bonito detalle de hacerles parte activa de la presentación.

Nota: Unas horas después de haber escrito este post, me llega este interesante vídeo realizado por http://www.pedaleo.com/, que está realizando una gran labor en pro del ciclismo aficionado:


martes, 9 de marzo de 2010

39 años, 31 títulos nacionales, subcampeón olímpico y cinco veces medallista mundial. Un aplauso, para él

Si hay algún corredor español que se ha merecido ser campeón del mundo ese no es otro que José Antonio Escuredo. Hubiera sido un honor tener su firma en mi maillot de los campeones. Pero no podrá ser: ayer hacía público un comunicado anunciando lo que ya era un secreto a voces, que dejaba la competición. Las lesiones, la desmotivación y el tener que ocuparse del negocio familiar le han conducido a esta decisión. Quizás algunos piensen que con 39 años, ya iba siendo hora; pero lo cierto es que el gerundense es el número uno actual de esta disciplina y que sus rivales nacionales, o no están aún lo suficientemente formados o, simplemente, no tienen las enormes condiciones atléticas y de pundonor del medallista olímpico en 2004. De hecho se retira siendo campeón nacional en tres pruebas –velocidad individual y por equipos y keirin-, los últimos de los 31 maillots rojigualdos que ha cosechado en una carrera impresionante, pero sin poder retirarse, como se decía por ahí, con más títulos que años.


Aunque siempre he tenido una gran relación con él, llevaba mucho tiempo sin noticias suyas, por lo que le llamé hace un par de semanas y mantuvimos una larga conversación. Estaba en Jabugo –no sé si en la calle que lleva su nombre y que tanta extrañeza le sigue produciendo- y me comentó que ni siquiera tenía una recta para entrenar, aunque procuraba sacar algo de tiempo, dada la intensidad de dedicación como ‘empresario jamonero’ y que seguramente le haya pesado –como comentábamos en broma algunas veces- a la hora de postergar su retirada. Ya estaba decidido el adiós, pero no sabía si esperar hasta los Campeonatos de España, en septiembre en Barcelona, o no. Al final, la decisión ha sido inmediata, perfectamente comprensible, aunque en su comunicado le hayan sobrado algunos comentarios ajenos a lo que es la estricta retirada.

No compartí con él en Atenas su medalla olímpica de plata, pero sufrí como pocas veces intentando hacer llegar a los comentaristas de televisión la información que ellos desconocían de que Escuredo se había clasificado para la final por la descalificación del británico Jamie Staff. Y luego intentando ‘apoyarle’ con mis voces ante el televisor en la final en la que solo fue superado por un impresionante Ryan Bayley. Entonces confesaba que “siempre me faltado un pelín de suerte en las grandes citas”. Por eso cada año se esforzaba más, mejorando como el buen vino, buscando rematar su carrera con ese gran triunfo que al final no ha llegado.

Por el contrario, sí tuve la suerte de vivir ‘in situ’ todas sus medallas mundialistas, comenzando por el bronce de velocidad olímpica de Manchester 2000, siguiendo por las dos platas de Melbourne 2004, en keirin y también en el sprint por equipos, y finalizando con el subcampeonato en Burdeos 2006. Desgraciadamente no pudo estar en Pekín 2008 –pienso que fue una injusticia que no se le concediera una ‘wild card’, una vez que una lesión le impidió clasificarse- y eso fue el principio del fin de su carrera.

Perderemos a un gran deportista, pero sobre todo nos faltará la persona. Siempre era una delicia escuchar sus batallitas, como cuando le ‘cambiaron’ la bicicleta en Colombia, los tres años que se pasó de ‘teletubbie’ en el keirin japonés o miles de historias más, algunas de las cuales tuve la suerte de compartir con él. Como por ejemplo las gafas de su serie espacial que me regaló en Tafalla y que algún desalmado se llevó de mi coche sin saber el valor sentimental que tenían; o la fotografía que acompaña este post, con todas las risas que ha originado.

Seguro que te echarán de menos –a mi, me temo que no tanto- en Copenhague.

Suerte campeón.

El vídeo completo se puede conseguir en http://www.graficamesweb.com/