viernes, 29 de enero de 2010

El ciclocross cruza el charco por primera vez

Con 700.000 habitantes, Louisville se encuentra entre las veinte ciudades más grandes de Estados Unidos y es la mayor del estado de Kentucky, en la zona centroeste del país.  Denominada así en honor el Rey Luis XVI de Francia, cuando se fundó a finales del siglo XVIII, su principal referencia deportiva es el Derby de Kentucky, una popular carrera de caballos. Sin embargo, en enero 2013 tendrá un nuevo motivo de orgullo se convertirá en la primera sede extra europea, en sesenta años, de un Campeonato del Mundo de ciclocross.

La decisión ha sido tomada hoy por la UCI en la reunión de su Comité Directivo, aunque ya era un secreto a voces que el Mundial de ciclocross iba a cruzar el charco, confirmando la acertada línea de globalización de este deporte que pretende el máximo organismo ciclista mundial.

Y a pesar de que a los ciclistas siempre les da un poco de respeto este tipo de viajes transoceánicos, algunos han acogido la idea con entusiasmo. Por ejemplo Sven Nijs que seguramente pospondrá su retirada unos meses –decía que se iba tras los Juegos Olímpicos de Londres- para afrontar este último Mundial.

En todo caso, nadie puede pensar en esta cita como una aventura exótica ya que Louisville organiza una de las más prestigiosas pruebas del ciclocross mundial, en un magnífico escenario, el Parque Eva Bandman, muy cerca del centro de la ciudad. Y no olvidemos tampoco el potencial de los anfitriones con dos recientes medallistas como Jonathan Page o Katherine Compton. Y tras el hielo de Tábor, el previsible frío de Sankt Wendel y las dunas de Koksijde, Louisville cerrará un ciclo. ¡Qué lástima de un Mundial en Cuba!, como tantas veces se dice.

El único ‘pero’ de esta decisión es que Louisville también tendrá que organizar el Mundial para masters en 2012 y 2013. La aventura anual para tantos veteranos de ir a Mol (Bérlgica) se terminará y mucho me temo que no serán demasiados los que tengan los medios económicos para volar hasta Kentucky.

Fotografía de Chris Watson bajo la licencia Creative Commons Genérica de Atribución 2.0.

jueves, 28 de enero de 2010

Mi gozo en un pozo… de frío, nieve y hielo

La clasificación UCI de ciclocross sirve para determinar el orden de salida del Campeonato del Mundo en las categorías elites –masculina y femenina-, pero en el caso de los juniors y los sub-23, este ranking sirve para establecer la parrilla de cualquier prueba internacional… menos del Mundial. Para esta cita, el artículo 5.1.043 del Reglamento determina que primero se colocarán los dieciséis primeros corredores de la Copa del Mundo y a continuación, corredores de cada nación situados alternativamente según la clasificación por equipos del anterior Campeonato del Mundo.

Toda esta parrafada es simplemente para argumentar el origen de mi decepción. Jon Ander Insausti ocupa en estos momentos la octava plaza del ranking mundial, gracias a sus notables actuaciones en Bélgica con la selección vasca, pero no está entre los mejores de la Copa del Mundo –ni entre los peores tampoco, ya que no ha corrido ninguna de las pruebas-. Es decir, que tendrá que salir como mínimo en la vigésimo cuarta plaza de la parrilla, siempre que el técnico español le elija como el primero de la selección, debido a que España fue octava el año pasado en la prueba junior de Hoogerheide.

Así pues, mi gozo en un pozo de poder ver las posibilidades reales de un buen ciclocrossman español sin el lastre de una mala salida, algo que se ha revelado como fundamental en una disciplina cada vez más explosiva.

Y es que ya lo comentaba el otro día José Antonio Hermida en rfec.com, las dos formas para obtener un buen puesto –y eso hoy por hoy es estar entre los quince o veinte primeros, no más-. O dedicarse cien por cien al ciclocross o “que todo te salga redondo ese día: una buena salida, ningún problema mecánico ni de caídas, un circuito que te vaya, tener un buen día…”. De momento, ni el frío –con máximas muy por debajo de los cero grados y mínimas de dos dígitos-, ni la nieve –con muchos centímetros de espesor en el circuito, como se ve en la foto superior, y que parece que seguirá cayendo hasta el sábado-, ni el hielo –sobre el cual muchos de ellos jamás han competido- juegan a favor de los nuestros, que estarán llegando a Tábor en estos momentos en que publico esta entrada.

Por lo menos, una buena noticia: Teledeporte ofrecerá las imágenes del Campeonato, en directo el sábado y en diferido el domingo. Y, ya que no estoy con la selección allí, me hubiera gustado ver, cómodamente sentado en el sillón de casa y con la calefacción a tope, alguna de las ‘Rojas’, aunque fuera solamente de salida, en las primeras posiciones del grupo.

domingo, 24 de enero de 2010

Una semana para conocer al nuevo monarca del ciclocross

Dentro de una semana, a esta misma hora, ya conoceremos el nombre del nuevo campeón del mundo de ciclocross 2010. Y aunque inicialmente parece ser que tendríamos que saberlo a través de Internet, ya que ni Teledeporte ni Eurosport lo habían programado en sus parrillas, a lo mejor nos encontramos con una sorpresa y a última hora lo podemos seguir en un canal televisivo. Pero no adelantemos acontecimientos.

Todos los pronósticos apuntan a tres nombres, los belgas Sven Nys y Niels Albert y el checo Zdnek Stybar. No obstante, por aquello de abrir más el abanico, muchos apuntarán también los de otros dos belgas más, el bicampeón del mundo Bart Wellens, que parece salir poco a poco de la crisis en la que estaba inmerso, y Kevin Pauwels, que en las últimas pruebas está compitiendo sin complejos ante el gran trío de favoritos. Y es que el único ciclista que podría completar este póker, el holandés Lars Boom, parece haber elegido otros derroteros, los de la carretera, para su carrera profesional. En España es lo habitual, pero en todas partes, menos en el paraíso de Bélgica, cuecen habas.

Los tres grandes tienen varios puntos en común. Por ejemplo, que ya todos ellos fueron campeones del mundo sub-23. O incluso antes, su procedencia del BMX: cuando en España nos estamos preocupando de ‘captar talentos’ del BTT o recuperarlos de la carretera, es el bicicross la mejor cantera. Incluso para la pista. Nys y Albert fueron varias veces campeones nacionales belgas, pero Stybar les supera ya que llegó a obtener el ‘arco iris’ con siete años, cuando la UCI aún no había regulado completamente esta disciplina y se competía incluso en estas categorías de promoción.

El checo, en cambio, no ha logrado aún el absoluto de ciclocross, algo que si lograron Nys (2005) y Albert (2009), aunque en los dos últimos años se llevó la plata. Tras haber ganado hoy mismo la Copa del Mundo por primera vez, correr en Tábor ante su afición se presenta como la gran oportunidad para lograr ese ‘arco iris’ que aún le falta, aunque la tarea no será fácil.

En cuanto al duo belga, poco tienen en común salvo su localidad de nacimiento, Bonheiden, cerca de Amberes. Nys, ya con 33 años, ha sido el mejor especialista de la década, con más de dos centenares de victorias y ocho Superprestigios, aunque siempre se le ha acusado de fragilidad mental en las grandes citas: de hecho el único Mundial obtenido, en Sankt Wendel 2005, junto a tres medallas de bronce, parece confirmar este hecho. No obstante, quienes le conocen hablan de un corredor sosegado y tranquilo, por lo que el feo detalle que tuvo su ‘entorno’ de ocupar el espacio reservado para España en el Mundial de Treviso 2008 no parece hacerle justicia. Pero así fue.

Albert, por su parte, cumplirá 24 la semana siguiente al Mundial y ya en su primera aparición como élite, el año pasado en Hoogerheide, conquistó el título. Ni siquiera vive ya en donde nació, sino en Tremelo. Y tiene tantos seguidores como detractores, y no sólo los fans de su gran rival. Su carácter es mucho más nervioso, incluso altanero, dicen, a raíz de su entorchado universal. Aún recordamos sus declaraciones a la revista belga Humo comentando que ganar el Tour de Francia sin doparse era imposible. Pero fue uno de sus seguidores –aunque inicialmente se acusó a un fan de Nijs- quien le fisuró una costilla en el Campeonato de Bélgica. Tras ganar hoy en la última manga de la Copa del Mundo, parece recuperado… y necesitado de ratificar que lo logrado en Holanda no fue casualidad.

Hagan sus apuestas, señores.

sábado, 23 de enero de 2010

Cincuenta ex profesionales en situaciones muy distintas

Con la temporada a punto de iniciarse en la vieja Europa –aunque en el hemisferio Sur ya se estén dando las primeras pedaladas-, es el momento de echar un vistazo a las plantillas de los equipos españoles, así como a aquellos corredores que han emigrado de forma más o menos voluntaria al extranjero, para comprobar que casi una cincuentena de ciclistas que el año pasado estaban en el pelotón profesional no militarán en la máxima categoría en el 2010.

Por el contrario, habrá 35 caras nuevas, por lo que la situación no es tan grave como plantea Santi Pérez en su blog. Posiblemente si no hubiera habido tanta ambigüedad en la continuidad del equipo de Murcia y este hubiera salido a las carreteras, estaríamos hablando incluso de un ‘ratio’ positivo.

Pero lo cierto es que hay medio millar de corredores afectados, aunque con casos muy distintos. El más doloroso es el de aquellos jóvenes que aún no han podido demostrar lo que llevan en sus piernas y que se ven obligados a ‘recalificarse’ en busca de una segunda oportunidad, aunque la ilusión de ellos y la visión de los ojeadores ya no será la misma. Es el caso, por ejemplo, de Rafa Serrano, de Sergio Domínguez, de Héctor González o de Javier Etxarri, y de alguno más, de los que sigo pensando que pueden ser excelentes profesionales.

En el lado contrario nos encontramos a aquellos ‘veteranos’ que, por ley de vida, deben pensar en decir adiós. Quizás en otras circunstancias podrían haber seguido alguna campaña más. Pero en las actuales, se han visto obligados a la retirada, tras haber dado lo mejor de ellos. Sin duda, Igor Astarloa es el mejor ejemplo de este grupo, sin olvidarnos de David Cañada, cuya loable intención de demostrar que podía seguir tras haber superado el cáncer ha chocado con la cruda realidad de lo que piensan los equipos ciclistas.

Por debajo, tenemos a un buen montón de profesionales que también han demostrado su valía, pero que quizá no sean interesantes en términos de ‘calidad-precio’. O simplemente no han estado en el momento, lugar y junto a la persona adecuada. ¿Nombres? Sin ser exhaustivos, pienso que gente como David Herrero, Julián Sánchez, Javier Benítez, Iker Camaño o Iván Raña pueden garantizar resultados –incluso victorias- en la máxima categoría.

El cuarto y último grupo, el más amplio sin duda, comprende a una serie de ciclistas que se mueven entre las dos categorías, según las oportunidades que se le presenten, sin rechazar tampoco aventuras foráneas. No destacan entre los profesionales, pero tampoco desentonan, mientras que su militancia en el campo aficionado despierta pasiones encontradas, desde los que dicen que aportan experiencia (resultados) a los que comentan que quitan oportunidades a los jóvenes. En estas circunstancias, quizá habría que plantearse cómo consolidar y dar carta de naturaleza este grupo intermedio ‘profesionalizando’ equipos aficionados que ya lo son de facto y configurando un calendario ‘intermedio’ más amplio y racional.

miércoles, 20 de enero de 2010

Dos años y un día para Rasmussen

Se contaba que en el franquismo, la pena de X años y un día significaba que aparte de cumplir los X años de condena, podías estar entre rejas un arbitrario ‘día’ más, que podía extenderse durante muchas semanas, meses o años, a capricho del ‘carcelero’, prueba inequívoca de la falta de garantías judiciales y de derechos fundamentales. Algunos años más tarde, mi profesor de Derecho en la Facultad nos dijo que no era así, que el añadido de ‘un día’ era un simple delimitador de las penas. Por ejemplo, prisión menor es de seis meses y un día a seis años, mientras que prisión mayor es de seis años y un día a doce años

Sin embargo en el mundo del ciclismo, donde la presunción de inocencia se sustituye por tener que demostrar, en muchos casos día a día, la no culpabilidad; donde la Ley no es igual para todos, donde la falta de garantías que conlleva la sospecha continuada nos obliga a tener que interpretar ese  añadido de ‘y un día’ como digno de la leyenda franquista.

O si no que se lo pregunten a Michael Rasmussen, el frustrado ganador del Tour de 2007, que está cumpliendo una pena de dos años y un día por una infracción administrativa en cuanto a la comunicación de su localización, equiparable a un dopaje. No voy a entrar a debatir si dicha sanción fue injusta, exagerada o precipitada. Pero en julio de 2009 la cumplió, la finalizó: la de los dos años. La del ‘día’ mucho me temo que no la purgará en su vida.

En una entrevista concedida al Diario Vasco, el ciclista danés se despacha a gusto. Tampoco entro ni salgo. Lo único que digo es que, como en el ámbito judicial, se diferencie claramente quién es inocente –plenos derechos-, quién está acusado –pendiente de sanción o exculpación-, quién está condenado –privado de derechos-, quien está redimido –con plenos derechos, nuevamente-, y quien está, por cualquier motivo como puede ser un positivo anterior, bajo sospecha: a estos, que se les apliquen todos los controles necesarios e incluso más. Pero mientras que se no se demuestre lo contrario, con los mismos derechos para fichar por un equipo y participar en pruebas que cualquier otro.

Mientras tanto y como escribí ya en octubre, nos tendremos que conformar con ver a Rasmussen con cuentagotas, en pruebas secundarias, cuando es un corredor que, por sus ganas y su ambición –incluso por su deseo de venganza- puede realmente hacer mucho aún por el ciclismo.

martes, 19 de enero de 2010

El nacimiento del ciclista guepardo

Sorpresa esta mañana en la presentación de ‘la Roja’, el nuevo maillot que distinguirá partir de este año al líder de la Vuelta a España. Cuando esperábamos una simple camiseta encarnada, con un diseño más o menos atrevido, nos encontramos con un inesperado jersey de tonos colorados, pero jaspeado de manchas inspiradas en la piel del guepardo.

“La idea era crear una metáfora entre el animal terrestre más veloz, y el ciclista más rápido”, explica el diseñador Custo Barcelona, el padre de la criatura, que entiende que el guepardo es un animal “que utiliza una postura muy aerodinámica, y es, sobre todo, un ganador”, y de ahí el diseño que ha creado para el líder de La Vuelta. Destaca igualmente que las manchas que atraviesan el maillot “simbolizan las carreteras del trazado de La Vuelta”. Posiblemente le hubiera ido mejor por esta simbología al líder de la regularidad, no al de la general. Pero tampoco desentona.

Tras esta asociación, he querido saber más del guepardo, para ver si realmente hay otros paralelismos con los corredores. Y me he quedado asombrado. Según wikipedia, el guepardo estuvo a punto de desaparecer de la Tierra, víctima de su propia incapacidad para defender las presas que obtiene, e incluso sus propias crías: Es cierto, el ciclismo está amenazado hoy en día más que nunca, a causa de multitud de depredadores. Animales carroñeros de mayor fuerza o envergadura fueron los causantes de ello, lo que obligó a que se especializaran en cazar en las horas centrales del día, cuando los otros felinos duermen a la sombra de los árboles: siempre he pensado que las retransmisiones en la sobremesa son un lastre para nuestro deporte.

También nos cuenta el artículo que el guepardo no puede rugir, a diferencia de otros grandes felinos. Igualmente son mucho menos agresivos que otros y pueden ser domesticados. ¿Quizá sea esa la razón que los ciclistas ‘traguen’ con cosas que en otros deportes serían impensables?

Afortunadamente, el guepardo tiene otras características positivas: es paciente y tranquilo; sabe escoger su presa y esperar el momento adecuado. Su forma de actuar es casi científica y su efectividad se ha estimado en un 60%, frente a poco más del 25% que consigue el león. Confiemos pues, que el nuevo ciclista guepardo que ha nacido hoy, de la mano de Custo, de Spiuk y de Unipublic, suponga realmente esa tranquilidad que necesita el ciclismo para redefinirse y acertar.

Independientemente de todas estas elucubraciones mías, La Roja no dejará a nadie indiferente

domingo, 17 de enero de 2010

Horillo y Astarloa: los finales llegan, no se eligen

Ermua, una población de unos 15.000 habitantes en la comarca vizcaína de Debabarrena, es una las canteras ciclistas más prolíficas de Euskadi, aunque este fin de semana ha perdido a dos de sus profesionales; ha despedido a sus dos vecinos más ilustres, Pedro Horrillo e Igor Astarloa. Ambos se retiran antes de tiempo, pero como dice el ex campeón mundial en Deia, “los finales llegan, no se eligen. Éste no es el final soñado, tan sólo es un final”.

Por lo menos, Horrillo presumir en su adiós de la mejor victoria de su vida, la que le ganó a la muerte tras aquella espeluznante caída en el Giro de Italia, que rememora en El Correo, en una de las múltiples entrevistas que le han realizado en estos días. Con él apenas he coincidido, aunque siempre es un placer –y espero que siga siéndolo- leer sus crónicas y comentarios, principalmente en El País. Y es que Horrillo pasará a la historia del ciclismo, tanto por su trabajo silencioso de gregario, principalmente a favor de Freire, como por su condición única de ‘ciclista filósofo’.

Con Astarloa tampoco he compartido muchos momentos, pero sí muy intensos, sobre todo ese Mundial logrado en Hamilton, secundado con la medalla de plata de un jovencísimo Alejandro Valverde. Fue el mejor año –ese 2003 en el que también logró la Flecha Valona- de una carrera que ha tenido más sombras que luces, pero que despide con un triunfo –logrado merecida y brillantemente- con el que todos sueñan, pero del que muy pocos pueden presumir.

Los dos han sido profesionales durante diez temporadas. En el caso del primero, tan sólo militó las tres primeras temporadas en un conjunto español; el segundo, ni eso, ya que tuvo que emigrar a Italia para dar el salto. Un hecho que debería servir de acicate a todos aquellos ciclistas que se inician de que España no es el único destino posible, a veces ni siquiera el más recomendable.

domingo, 10 de enero de 2010

Frío, nieve, arena, espectáculo y amigos

Si el COI no se obcecara en la idea de que los Juegos Olímpicos de Invierno son solamente de nieve, permitiendo también algunos deportes al aire libre, podríamos contar con muchísimas disciplinas más espectaculares y con más seguimiento que el curling, el luge o el skeleton, por ejemplo. Y uno de los que más lo merecería, sin duda, es el ciclocross.

España no es, ni de lejos, el paraíso de Bélgica y Holanda, donde en una prueba de alto nivel de la Copa del Mundo o en un Mundial es habitual ver filas de cuatro o cinco personas de fondo detrás de la cinta. Aún recuerdo como una pesadilla lo que significó moverme por circuitos como Hooglede-Gits, donde tuve que saltar la tapia de una casa, o Hoogerheide, donde tardé más de media hora en llegar desde la curva reservada para los fotógrafos en la que me acoplé hasta el box español, buceando entre gigantones belgas y holandeses de 1,90 sin saber hacia dónde me arrastraba esa marea humana.

Pero el Campeonato que hemos vivido este fin de semana en Laredo, con miles de aficionados en las campas a pesar del frío y de la nieve, me ha vuelto a hacer revivir la magia del ciclocross, muy distinta de la carretera e incluso del BTT, con el que comparte escenario e incluso protagonistas, pero no filosofía. Además, fue un Nacional especial por el recorrido, sobre arena de playa y con la inesperada presencia dominical de la nieve y el hielo. Rápido, quizá demasiado, aunque debemos asumir que es en esta línea en la que se mueve el ciclocross en el Mundo y gracias a ello el espectáculo estuvo garantizado en todas y cada una de las carreras, si no por el triunfo, sí por completar el podio. Quizás le falto una rampita para romper, ¿pero de donde se iba a sacar? Eso si, los tiempos de los circuitos montaña arriba, montaña abajo, ya han terminado.

Ha sido también la ocasión de reencontrarte con amigos, con algunos de los cuales solamente coincides en este tipo de citas. Entre ellos, quiero señalar, por lo que significan para el ciclocross, por su entusiasmo en vivir la competición desde el otro lado, por su esfuerzo en ser memoria activa de este deporte, a Pedro y a Germán, a la vez que animarles a que sigan –aunque por la cabeza se les pase la idea de ‘tirar la toalla- ejerciendo su ‘magisterio’, uno con sus atinadas aportaciones –tienes este blog está abierto para lo que quieras-; el otro, con su Biblia del ciclocross: si algo no aparece es porque no ha existido.

lunes, 4 de enero de 2010

Sky: un equipo que vuela alto, muy alto

Hoy se ha presentado en sociedad el Team Sky, el nuevo súper equipo nacido con un objetivo concreto: tener un ganador británico del Tour de Francia en los próximos 4 años. Una tarea que no se presenta nada fácil, ya que –hoy por hoy- Gran Bretaña no parece tener un corredor con garantías de ser ese potencial ganador en la ‘grande bouclé’. Tan sólo Bradley Wiggings, la guinda del pastel Sky tras su laborioso fichaje, se ha acercado al podio en los últimos años. Pero el campeón olímpico de persecución ya ha realizado una espectacular metamorfosis, de excelente rodador a aguantar cerca de los mejores en las montañas alpinas. Pedirle una vuelta de tuerca más parece complicado, ¿o no?

Y es que en este mundo del ciclismo uno comienza a plantearse muchas dudas en lo que antes tomábamos como dogmas. De momento, la entrada de un patrocinador tan potente como Sky TV es ya un importante revulsivo que traerá insospechadas consecuencias. Un presupuesto de 30 millones de euros para los próximos cuatro años es una evidencia de que este equipo no quiere ser actor de reparto, sino protagonista. Incluso guionista y director. Y para ello no va a escatimar medios ni humanos –basta echar un vistazo a su plantilla de 26 ciclistas, entre los que me quedo con el potentísimo noruego Edvald Boasson-Hagen- ni menos aún materiales, con una alianza con McLaren que debe suponer importantes avances tecnológicos aplicados a campos como la aerodinámica o la telemetría.

Más importante aún se nos antoja que al frente del mismo esté Dave Brailsford, el artífice del éxito británico en el velódromo olímpico de Laoshan, con un trabajo serio y meticuloso que ha sido la envidia de todos los países … y en el que se quiere mirar también el centro de alto rendimiento de Joan Llaneras en el Palma Arena. Detrás de este galés, todo un equipo de colaboradores que concibe el ciclismo como un engranaje, como una máquina en la que no hay lugar para la improvisación. Quizá por ello Brailsford sea haya manifestado en más de una ocasión como acérrimo enemigo de todo lo latino.

Sea como fuere, el Team Sky ya está en marcha con ese deseo, manifestado por su manager, de “convertirse en el más grande, mejor y más admirado equipo del mundo". Lo consigan o no, ganen el Tour o no, estoy seguro de que habrá un antes y un después en el ciclismo profesional tras la llegada de esta formación, en un paso más en la anglosajonización del ciclismo.

sábado, 2 de enero de 2010

Medio siglo sin Il Campionissimo

Un día como hoy, pero ya hace medio siglo, el mundo (ciclista) se despertaba estremecido por la noticia del fallecimiento de Fausto Coppi. A sus 41 años, Il Campionissimo daba sus últimas pedaladas: pocos meses antes había afrontado –con más pena que gloria, la verdad- su primera Vuelta a España y a finales de año se había embarcado en una aventura en Burkina Faso, un criterium y un safari, donde contrajo la malaria que terminaría con su vida de una forma inesperada y también un tanto absurda. No solo no tomó la quinina protectora, sino que su médico personal se obcecó en un diagnóstico equivocado, sin tener en cuenta que otro de los aventureros, Raphael Geminiani, estaba siendo tratado de esta enfermedad, que no tuvo consecuencias fatales para su vida. Mucho tiempo después se dijo que había sido envenenado.

Un debate tan inoportuno como estéril, aunque sin duda, una muerte de leyenda para una vida no menos legendaria, no sólo por sus éxitos deportivos sino por ser el gran protagonista de lo que hoy puede conocerse como ‘prensa rosa’: tras declararse agnóstico, su relación extraconyugal con la llamada ‘Dama Blanca’ le valió los odios de la Italia tradicional católica –que tenía a su acérrimo rival Gino Bartali como ídolo-, pero la rendida admiración de la otra Italia, la obrera, la que se recuperaba de las heridas del fascismo.


Igualmente inútil e improductivo es discutir sobre si Fausto fue el mejor ciclista de la historia. En este caso, lo único cierto es que su carrera coincidió con la II Guerra Mundial –lo que le llevó incluso a ser apresado en el Norte de Africa- y que esos seis años de conflicto bélico le impidieron aumentar un palmarés ya de por si impresionante: cinco Giros de Italia, dos Tours de Francia, un Campeonato del Mundo –en Lugano, con una exhibición impresionante, o 14 años como poseedor del Record de la Hora. Eso sí, Coppi ha pasado a la historia por ser el primer ciclista moderno, preocupado por la preparación, por el entrenamiento, por la posición sobre la bici y por la recuperación. Y es que verle encima de la máquina, sigue causando emoción, aunque su aspecto desgarbado le valiera el injusto sobrenombre de ‘El Alambre’: medio siglo después hemos olvidado este apodo y le recordamos por el que le hizo justicia, Il Campionissimo.