martes, 29 de diciembre de 2009

El maillot se ha quedado sin firmas en 2009

Por primera vez en muchos años no tenemos un nuevo campeón del mundo español en este 2009 a punto de finalizar. Es cierto que Benito Ros y Abel Mustieles –aparte del equipo al completo- salvaron nuestra honrilla en las pruebas de trial del Mundial de Canberra al subirse a lo más alto del ‘cajón’. Pero tanto el navarro como el aragonés ya tenían el ‘arco iris’ de temporadas anteriores.

Todo esto significa que no he tenido que descolgar de mi cuarto el cuadro con el maillot que tengo firmado por todos los españoles que han sido campeones del mundo en la historia excepto los de trial, que podrían llenar por si solos bastantes camisetas. En ese jersey están las 25 firmas de los ciclistas que alguna vez han logrado vestirse con ese ‘arco iris’, salvo la de los pilotos de una disciplina que muchos consideran menor, pero que año tras año repiten éxitos a pesar del incremento de la competencia. Pienso, pues, que es de justicia que al menos Ros, Mustieles, Dani Comas, Gemma Abant o Diego Barrio –los que lo han logrado de forma individual desde la integración del Mundial de Trial en el de BTT en Sierra Nevada 2000- tengan también su espacio.

Compré el maillot en las Navidades del 2003-04, como forma de tener algún recuerdo de mis mejores momentos en el ciclismo, y que no fuera la socorrida camiseta firmada por todos los participantes en un Mundial. No recuerdo quién fue el primero que lo firmó, y lo lamento, pero sí los tres últimos: José Manuel Moreno –tras decidir solventar una firma que se demoraba demasiado realizando un viaje ex profeso a Chiclana-, Iñaki Vijandi –nuestro único campeón del mundo de ciclocross, voluntaria y agriamente alejado del ciclismo, al que encontré casualmente por referencias en solociclocross.com tras varias intentonas fallidas- y Rafa Alvarez de Lara –al que también me costó acceder pese a tener permanente contacto con él-. No olvido tampoco la suerte que tuve para ‘cazar’ a Miguel Morrás, en uno de sus escasos viajes a España desde su residencia en Nueva York, donde le sonríe el éxito profesional que no pudo alcanzar como ciclista por culpa de una lesión, o el periplo mallorquín que realicé durante una ‘Challenge’ para encontrar a los ‘esquivos’ mediofondistas Miguel Mas o Guillermo Timoner.

También tengo gratos recuerdos de aquellos de los que viví ‘in situ’ sus triunfos, aunque me firmaran después. De Isaac Gálvez, al que ‘encontré’ en una Vuelta a Castilla y León cuando estaba centrado en la carretera, después de su éxito en Berlín 1999 y mucho antes de que se pudiera adivinar su fantástica rentrée en Burdeos 2006. Y naturalmente de Oscar Freire –especialmente en su primer título en Verona-, de Joan Llaneras –jamás olvidaré Palma 2007 por lo emotivo de su triunfo- o de Marga Fullana –también en su último podio, en Val di Sole 2008, que tuvo un significado especial para todos-, sin olvidarme tampoco del inesperado triunfo del ‘team relay’ en Livigno 2005, del histórico oro de Rafa Alvarez también en Val di Sole, o la ‘movida’ victoria de Igor Astarloa en Hamilton 2003.

Pienso que hay muchos ciclistas que merecerían un lugar en este maillot por su trayectoria profesional –y entre ellos, sobre todo, los pistards José Antonio Escuredo o José Antonio Villanueva por encima de todos-. Pero lo que más me preocupa es que vislumbro a pocos, muy pocos, capaces de hacerme descolgar el cuadro a corto plazo: Alejandro Valverde, Leire Olaberria y Eloy Teruel. Ojalá me equivoque y el 2010 me obligue a hacerlo.

martes, 22 de diciembre de 2009

Hermida tiene hambre de ciclocross


A comienzos de la temporada 2008-09, unos días antes de su debut en Amézaga, José Antonio Hermida cortaba de raíz los rumores que señalaban que podría dedicarse con una mayor intensidad al ciclocross. “Soy un ‘biker’ y no hay que olvidarlo. Y aunque no haya Juegos, tengo muchos compromisos y objetivos. Si hago una gran temporada en invierno, luego me pasa factura durante la campaña de BTT”, declaraba en el semanario Meta 2Mil.

Pero no solamente el ciclocross no le afectó a su rendimiento posterior, sino que en mountain bike terminaba el año con la sensación de haber completado su mejor campaña, aunque le faltara la guinda de un éxito de relumbrón, como pudo ser una medalla –de las buenas, no la de chocolate- en el Mundial de Canberra.

La experiencia parece haberle convencido para dar una ‘vuelta de tuerca más’ en eso del ciclismo del barro. Su 2009 lo terminaba afrontando –y ganando- las primeras pruebas de la Copa de España, en Castilla y León. Y tras un descanso invernal de apenas quince días ha vuelto por donde solía, con dos victorias más en los últimos días, en Alcobendas y Valencia, que demuestran que va en ‘serio’.

No obstante, lo que más nos debe hacer confiar en las posibilidades de Hermida es su firme decisión de competir allende nuestras fronteras para coger puntos UCI, lo que le permita paliar en parte el gran problema de nuestros corredores: salir en posiciones muy retrasadas en las parrillas del Mundial. El de Puigcerdá no dudó ni un momento en apuntarse a la aventura de la selección de Paco Pla a finales de mes en Bélgica. Y aún realizará alguna salida más en enero.

Y todo ello, para avanzar algunos puestos en la colocación inicial que le permitan competir sin ese lastre de una mala posición de salida luego irrecuperable. Porque, en su debut mundialista, ya dio muestra de sus posibilidades, al acabar decimoséptimo. Por ello, el décimo tercer puesto logrado por David Seco en Monopoli 2003 –el mejor resultado español en décadas- está a su alcance.

Hermida lo sabe y por ello tiene verdadera hambre de ciclocross.

lunes, 14 de diciembre de 2009

25 años después

Hoy se cumplen 25 años –se me hubiera pasado, que son ya muchos, de no haber sido porque la prensa está pendiente de todo- de la trágica muerte de Alberto Fernández en un fatal accidente de automóvil, cuando las radiales españolas no eran sino caminos de cabras, y cuando el ciclismo era tan extensivo como hoy intensivo. Todo ello pocas horas después de que se le reconociese como lo que era, el mejor ciclista español del momento. Aunque los nombres de los Lejarreta, Delgado o Arroyo comenzaran a ser más conocidos por el público y definitivamente le eclipsaran en el olimpo de semidioses de la época más oscura del ciclismo español. Para mí era simplemente mí ídolo.

Alberto fue uno de los ciclistas más apreciados en aquellas épocas en las que ser corredor implicaba salir a por todas desde febrero en Andalucía hasta La Rioja en octubre. Pero fue, sobre todo, el más destacado, con diferencia, en el Tour de Francia en esos grises momentos en que lo más fácil era obviar la carrera gala, aunque él nos hacía ‘conectrar’ pese a que sus aspiraciones estuvieran muy lejos del amarillo en París. Y también lo fue en el Giro de Italia, en donde sí llegó a acceder al podio, demostrando su clase de escalador y contrarrelojista, pero sobre todo el ‘atrevimiento’ de ese joven equipo Zor que rompió moldes y supuso, junto con el Reynolds, el despegue del nuevo ciclismo español.

Pero, sobre todo, pudo serlo también en la Vuelta, donde se quedó en ese héroe caído, cuando seis malditos segundos le impidieron conquistar la gloria de la ronda nacional ante un desconocido Caritoux –antes, durante y también después- que le privó de sus sueños, de sus méritos, de su reconocimiento, un buen día de mayo de 1994. Ese ‘San Isidro’, fue una derrota mayor para todos los aficionados que esperábamos su coronación que para él mismo, modesto como pocos, aunque nunca tuvo la opción de resarcirse. Para mí ya había nacido un ídolo, el segundo de mi vida ciclista tras Luis Ocaña.

Poco me duró. Apenas seis meses después, ese 14-D, Alberto se dejaba la vida contra un coche camino de casa, de Cantabria, de Aguilar, que en ambos sitios se hizo ciclista –grande- y persona –más aún-. Todavía recuerdo como me enteré de su fallecimiento, de que mi madre vino a consolarme porque ya sabía lo que significaba esa pérdida para mí. Y como otra serie de acontecimientos se sucedieron a lo largo de ese día y me hicieron definitivamente llorar. Menos importantes, desde luego, pero que justificaron mis lágrimas. Por el héroe caído. Por el ídolo sin premio.

25 años después –más vale tarde que nunca- sirvan estas letras mal juntadas como homenaje hacia ti.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Se confirmó la castración

No por menos anunciado -aunque en el fondo todos los aficionados al ciclismo en pista esperásemos una reconsideración-, deja de ser menos doloroso. Incluso Carlos Arribas en El País –uno de los pocos que ha reaccionado rápidamente contra la medida- recurre a un titular de los que te ‘tocan’ en tu fibra más sensible allá por la entrepierna, El COI castra los velódromos, para continuar escribiendo que se trata de “una mala noticia para el ciclismo en pista, una mala noticia para el ciclismo español, que desde Barcelona 1992, con el oro fundacional de José Manuel Moreno, hasta Pekín 2008 ha conseguido nueve medallas en los velódromos: de ellas, siete, corresponden a disciplinas ya desaparecidas del programa olímpico. Joan Llaneras, el deportista olímpico español más laureado, que se retiró tras haber cosechado entre Sidney, Atenas y Pekín dos oros y dos platas, es ya historia”.

Puedo entender que la UCI no tenga más remedio que asumir el compromiso del Comité Olímpico Internacional de no aumentar ni participantes ni títulos en juego, y que su máxima prioridad sea mantener las cuatro disciplinas –carretera, pista, mountain bike y BMX- en el programa olímpico. Algo que no está nada claro en el horizonte del 2013, por cierto. Pero lo que no comprendo bajo ningún concepto que salude esta ‘castración’ con tanto entusiasmo como el que se desprendía en su
nota oficial.

Porque suprimir la persecución es acabar con el 1.500 de los velódromos, como bien dice Arribas, con el principal nexo de unión entre la ruta y la pista como atestiguan ciclistas como Chris Boardman o el más reciente Bradley Wiggins, con la compatibilidad de ambas disciplinas. Y porque eliminar la puntuación y la madison es terminar con la esencia y el espectáculo de las competiciones en pista. No acierta, ni mucho menos, la UCI cuando dice que pretende preservar el patrimonio histórico de nuestro deporte: el ciclismo en pista nació hace ya dos siglos precisamente en el emblemático Madison neoyorquino, que da nombre a la prueba también denominada americana, por esta misma razón.


Y porque poner en su lugar el omnium –ojo, en los Mundiales solamente desde 2007, eso es tradición- supone no entender el concepto de espectáculo que debe ser el deporte. El omnium es incomprensible para el gran público, incluso aburrido para los entusiastas, como yo, e inútil como referencia en la captación y promoción ciclista. Por mucha reforma que quiera hacer la UCI para ‘dinamizarlo’, de un burro no se saca nunca un caballo de carreras. Además, las comparaciones con el decatlón son odiosas: aunque el mejor sea el ‘atleta perfecto’, la gente con lo que vibra es con Usain Bolt en el 100, con Hicham El Guerrouj en los 1.500 o con Sergey Bubka saltando pértiga; no con el ruso corriendo los 800, con el jamaicano en una maratón o con el marroquí lanzando peso. O dicho de otra forma, ver a Llaneras ‘lanzando’ un 200.

Respecto al objetivo de buscar la paridad entre pruebas masculinas y femeninas, no tengo nada que decir, salvo que la pretendida igualdad jamás debe ser argumentada para ir en contra de la lógica. Pero este es un tema que, desgraciadamente, trasciende de forma habitual de los velódromos a la vida cotidiana.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Del vuelo de Evans a la despreocupación de Fignon

En más de una ocasión me he referido a la suerte que tienen en otros países, incluso con menos tradición que en España, a la hora de ver editados numerosos libros sobre ciclismo y ciclistas. Aquí, sobre nuestros ídolos contemporáneos, solamente se puede encontrar algo referido a Miguel Indurain, Perico Delgado, Joane Somarriba y poco más. Pronto leeremos algo sobre Contador –seguro-, pero echamos en falta publicaciones sobre ciclistas tan atractivos –desde el punto de vista deportivo o humano- como Oscar Freire, José Antonio Hermida o Joan Llaneras. Y no es porque no tengamos ‘plumas’ dispuestas.

En Australia, por ejemplo, encontré hace ya varios años un sugerente ‘Aussie, aussie, aussie. Australian cyclists in 100 years of the Tour of France’. Supongo que no sería un ‘best seller’, pero es lo suficientemente significativo sobre los temas que despiertan el interés de los lectores y las editoriales. Y este ambiente es lo que permite que 'Close to Flying' -Cerca de Volar-, la autobiografía de Cadel Evans, esté batiendo records de ventas y acercando a los aficionados ‘aussies’ la figura del campeón más gris de los últimos tiempos, a pesar de sus podios en el Tour. Su carácter reservado le alejaba de esa popularidad que se le exige cada vez más a los grandes campeones, pero ahora, gracias a su triunfo en el Mundial de Mendrisio, aderezado con una hábil política de relaciones públicas, es el octavo deportista australiano más popular –pese a no residir allí y ser Australia el país más deportista del mundo- y muchos recién nacidos se llaman Cadel o Evans en su honor. Y también hemos descubierto muchas facetas interesantes de su vida… de las que sabréis más si leéis el libro.

Teniendo en cuenta que el ‘arco iris’ ya ha anunciado que empezará el 2010 en el ‘Down Under’ y que el Mundial tendrá lugar en Melbourne, la explosión del ciclismo de carretera en Australia va a ser espectacular.

Francia, por otro lado, es un auténtico paraíso para los bibliófilos. No tanto como Italia o Bélgica, donde impresiona ver los escaparates de las librerías completamente repletas de decenas de libros distintos de ciclismo cuando hay un evento de alto nivel, como un Mundial. Pero en cualquier tienda la oferta es infinitamente mayor que en España.

Y el protagonista del segundo libro es bastante más conocido –y desde luego, más vilipendiado- que Evans: Laurent Fignon. El parisino, en una lucha desigual contra un cáncer de páncreas que posiblemente haya contribuido a incrementar su ya habitual e incluso excesiva sinceridad, ha escrito también su autobiografía, con el sugerente título de ‘Nous étions jeunes et insouciants’, Éramos jóvenes y despreocupados.

Se habló mucho, cuando se supo que lo estaba escribiendo, de que iba a ser una denuncia del dopaje en su época. No va por ahí, aunque no rehuya el tema más controvertido del ciclismo actual. Lo mejor de este libro, aparte de su dinamismo narrativo, y la enésima confirmación de su carácter ácido pero honrado, es la teoría que su generación fue la última en la que los ciclistas eran ciclistas, “locos, pero dignos”. Al contrario que a Evans, este libro no le va a hacer más popular, pero también va a ser fundamental para valorar al parisino en su justa medida.

Ninguno de los dos ha llegado a España y, desgraciadamente, posiblemente nunca lo harán traducidos. No obstante, este mundo cada vez más globalizado nos da la ventaja de poderlos adquirir fácilmente por Internet. ¿Os animáis como yo?

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cinco años pedaleando a la velocidad de las mariposas

Si escribimos Alvaro Neil –al varonil, como el mismo pronuncia-, posiblemente muchos no sepáis a quienes nos referimos. Pero si hablamos del Biciclown, quien más quien menos conocerá las andanzas de este payaso solidario y aventurero que justo un día como hoy, hace cinco años, iniciaba su proyecto Miles of Smiles Around the World, dejando su cómoda silla en una notaría para recorrer el mundo a lomos de su bicicleta –mejor dicho, sus bicicletas pues lleva ‘gastadas’ tres- con un presupuesto diario de apenas 5 euros, ofreciendo sus espectáculos para asambrar y hacer reir a los más humildes.

Actualmente se encuentra en Indonesia, después de haber recorrido casi 70.000 kilómetros sobre pistas, caminos y carreteras de más de 50 países, durmiendo en los lugares más insospechados, incluso bajo las estrellas, cuando no ha existido otra posibilidad. Sus andanzas se han recogido en dos libros que os recomiendo a todos los que os guste vivir con mayúsculas: ‘Kilómetros de sonrisas’ y ‘África con un par’, aparte de un tercer ejemplar, fundamentalmente de imágenes, ‘Diario fotográfico de un payaso en África’.

Para festejar esta efemérides, se ha editado otro recopilatorio de su periplo aventurero, pero esta vez se trata de un documental, que ya se puede adquirir en DVD, con el sugerente nombre de ‘A la velocidad de las mariposas’. Pero si no queréis o podéis comprarlo, aquí tenéis un enlace interesante sobre el mismo: http://www.biciclowneldocumental.com/.

Con 42 años, aún se siente fuerte física y psíquicamente para continuar hasta el 2014 con una aventura que le ha llevado a estar siete veces ante las puertas de la muerte, aunque precisamente todo ello le ha dado más fuerzas para seguir adelante.
Feliz cumpleaños.

martes, 17 de noviembre de 2009

Cancellara quiere ‘recuperar’ el récord de la hora

Las recientes declaraciones del mejor contrarrelojista actual, Fabrian Cancellara, en el sentido de que “tarde o temprano” tendrá que afrontar el récord de la hora, han contribuido a despertar el interés por una de las especialidades ciclistas que tradicionalmente han tenido más gancho para los aficionados, pero que había caído lamentablemente en el olvido en los últimos años. Es, además, una de las más antiguas, más que el propio Tour de Francia, prueba con la que mantiene una curiosa vinculación: el primer recordman de la hora, en 1893 –diez años antes de la creación del Tour- fue Henir Desgrange, el inventor de la ronda gala, con 35,325.

Las características de esta prueba son tan sencillas –recorrer la mayor distancia posible en una hora, dentro de un velódromo- como exigente su realización, por el gran esfuerzo que necesita, por lo que siempre ha sido una prueba destinada a los grandes del ciclismo mundial, y no exenta de anécdotas. Fausto Coppi, por ejemplo, batió el récord (45,798) en el velódromo milanés de Vigarello, bajo las bombas en la II Guerra Mundial, mientras que Jacques Anquetil lo hizo por dos veces: la primera cuando era un prometedor ciclista, pero semidesconocido; la segunda, en el final de su carrera… aunque no fue homologada ya que se negó a pasar el entonces incipiente control antidopaje. Por su parte, Eddy Merckx llevó la marca hasta los 49,431, en una intentona realizada en México, aprovechando el beneficio de la altitud, pero sin ninguna preparación especial y tras una larga y agotadora campaña. ¿Cuánto hubiera valido esa plusmarca de haberse preparado en condiciones? Seguro que algún kilómetro más y ¡a lo mejor seguía vigente!

En los 80 y 90, el récord vivió una vertiginosa popularidad, pero no sólo por las prestaciones físicas de los ‘outsiders’, sino sobre todo por la tecnología usada al servicio de los mismos. Fue gracias a Francesco Moser, que descubrió las lenticulares y buscó la mejor aerodinámica, que el record llegó a 51,141. Pero sobre todo el gran dinamizador fue Graeme Obree, el excéntrico ‘The Flying Scotsman’ –por cierto hay una película con este título que trata de su historia y que os recomiendo veáis-, que inventó dos extrañas posturas para un mejor rendimiento: la incomodísima del ‘huevo’ –sobre la inolvidable ‘Old Faithful’, el extraño artefacto que se construyó al efecto-, y la no menos confortable de ‘superman’, para llegar hasta los 52,713.



El británico Chris Boardman se convirtió en su gran rival, en un ‘pique’ que alentaron los medios, quienes también agradecieron que Miguel Indurain y Toni Rominger se sumaran a la batalla, que terminaría cuando Boardman recorrió 56,375 kilómetros, casi siete más que la marca de Merckx, la última realizada con una bicicleta convencional. La UCI se hartó de esta primacía de la máquina sobre el hombre y anuló todas estas actuaciones, recuperando esos 49,431 como plusmarca a batir. Menos mal que el británico no dio por buena la decisión y en octubre de 2000, en plenos Mundiales de pista de Manchester, superaba la viaja marca, aunque sólo por diez míseros metros: 49,441.

Tuve la suerte de estar entre los espectadores de aquella hazaña, ya que, como me dijo Joan Llaneras, ir a casi cincuenta por hora en una pista con una bicicleta de puntos –que así son las que se tienen que usar, sin cuadros aerodinámicos, acoples, ruedas especiales o cascos de crono- es una auténtica hazaña.

Quizá por ello, el récord de la hora cayó en el olvido. Y el hecho de que un desconocido ciclista checo de nombre Ondrej Sosenka lo llevase a 49,700 en 2005 no contribuyó a recuperarlo del olvido, más bien al contrario. Algo que sí puede conseguir –ahora o dentro de algún tiempo- Fabian Cancellara, aunque los 51,580 kilómetros por hora de media que logró en el Mundial de Mendrisio no sean en ningún caso extrapolables a un velódromo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Una bonita anécdota que ya no podremos contar

Posiblemente todos hayamos oído cientos de veces la historia del padre de Luis León Sánchez, y del no menos famoso Pedro León, el hermano futbolero, aunque para muchos la prioridad está invertida, cosas del deporte rey. Esa anécdota que nos decía el padre –también Pedro, y León, como todos en esa familia- comenzó a montar para recuperar la fuerza en su pierna izquierda cuando estaba destinado –era guardia civil- en el País Vasco, tras haber sufrido un atentado por parte de ETA. Y que esa afición y ese coraje se lo transmitió a sus hijos, entre ellos a Luisle.

La leyenda ha quedado desmentida y desmontada, al menos para mí, desconocedor de la verdad hasta hoy, cuando he leído la verdadera historia en Otraspelotas, donde nos cuentan que no fue ni un atentado, ni siquiera una acción de ETA. Y es que una mentira repetida mil veces pasa a ser una verdad. O aquella máxima que aprendimos en la facultad: No dejes que la verdad te estropee una bonita historia.

"Éramos una patrulla de nueve guardias con un cabo. Nos habían mandado a cubrir el paso de un alto cargo por la autovía Bilbao-Irún a la altura del peaje de Zarauz (Guipúzcoa). Tomamos el paso y yo protegía uno de los carriles. Un coche venía de frente y no deceleraba. Me embistió y pude echarme al suelo, pero me destrozó la pierna", rememora Pedro León. El peligroso pistolero que atentó contra él era un conductor epiléptico que sufrió un ataque justo al acercarse al peaje y se estrelló cientos de metros después.

No deja de ser curioso que el afectado no haya desmentido jamás la historia “porque no me lo preguntó nadie”, aunque en la web oficiosa del Getafe, sí lo corrobora su hijo futbolista. Pero más extraño aún es que en http://www.luisleonsanchez.net/, la página oficial del ciclista murciano, aparezca la falsa historia tal cual siempre nos la hemos creído.

¡Y luego dicen que los ciclistas somos unos mentirosos!

martes, 10 de noviembre de 2009

¿Controles? Tenemos lo que nos merecemos

Antonio Alix, uno de los periodistas que mejor conoce el ciclismo desde dentro, escribe hoy en la Voz de Galicia el siguiente artículo de opinión sobre el control antidopaje realizado a Oscar Pereiro cuando estaba en un bar:

“El control a Pereiro ha provocado exaltadas declaraciones contra el sistema antidopaje y contra los encargados de hacerlo. Y a su vez solidaridad con los ciclistas y comparaciones con los controles que se hacen en otros deportes. Unas comparaciones que caen por su propio peso: los controles los hace la UCI, no el COI o el CSD. Si un organismo suprafederativo los hiciese solo a ciclistas yo sería el primero en indignarme, pero si lo hace su federación no hay protesta posible, todos los ciclistas lo saben, está en sus contratos. Quien quiere estudiar Arquitectura no tiene por qué protestar de que para Derecho se pida menos nota de acceso; o quien quiera ser piloto de avión diga que para conducir un autobús las pruebas sean más fáciles.

No creo que nadie me vaya a negar que los controles en competición no son suficientes: los ciclistas no solo se dopan ese día. Por eso se instauraron fuera de ella (algo que se hace en muchas más federaciones); pero se siguen dopando, quiero creer, eso sí, que cada vez menos, que el porcentaje actual de tramposos es pequeño. De manera tan sofisticada y calculando tan al detalle dosis y fechas que ha sido necesario llegar al sistema de seguimiento llamado Pasaporte Biológico y a tenerlos siempre localizados para el control, porque con medidas más suaves no se cerraba el grifo. La culpa es por tanto de quienes se dopan, no de quienes les controlan, de esos a despectivamente llamados vampiros a los que se pone como los malos de la película. Si hay que desnudarse es porque había quien trataba de engañar dando otra orina que se llevaba preparada en un preservativo; si hay que lavarse las manos y orinar delante del controlador es porque algunos echaban una sustancia en polvo que llevaban entre los dedos, la cual impedía que se detectase el producto prohibido. ¿Son culpables los controladores de eso? Estoy seguro que a ellos les gustaría confiar en el ciclista y dejarle orinar en solitario; o mejor, que ese ciclista llevase la muestra al laboratorio y así se evitarían largos viajes en busca de muestras. O lo ideal, que su trabajo desapareciese porque nadie hiciese trampas. Pero el mismo día que se dio publicidad al control a Óscar en el bar, se conoció el resultado positivo (muestra A, falta el contraanálisis) de Alberto Fernández de la Puebla, por EPO”.

Posteriormente dirige su disertación hacia aquellos que protestan contra estos controles, pero no contra “los tramposos, los que manchan al resto, los que provocan que se vayan los patrocinadores de equipos y carreras, los que hacen bajar las audiencias”. Tiene toda la razón, aunque a lo que quiero llegar es a algo distinto, a que han sido, son y serán –si siguen así- los propios ciclistas los causantes de que los controles antidopaje hayan sido, sean y serán de esta forma, tan ‘inhumana’ y que puede ir contra otros derechos fundamentales de la persona. Bien por obra –por los hechos del pasado y del presente, y esperemos que no del futuro, de nuestro deporte-, bien por omisión, por no haberse opuesto de forma clara a algunas prácticas respecto a la realización de los controles que, en otros deportes, efectivamente, han sido, son y serán intolerables.

Tenemos lo que nos merecemos: obviamos las leyes pero no sus consecuencias.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Fallece el ciclista implicado en el accidente mortal de Isaac Gálvez

Esta mañana he pasado por alto un escueto y aséptico titular en biciciclismo: ‘Fallece Dimitri de Fauw’. Realmente no me he parado a pensar si era un ciclista en activo o un ex corredor y mucho menos en la causa de su muerte. Tan sólo cuando el más escandaloso 'Se suicida el ciclista con el que chocó Isaac Gálvez' de El Mundo se ha cruzado ante mis ojos, he comprendido la magnitud de esta tragedia humana.

La muerte de Gálvez en los Seis Días de Gante, va a hacer ahora a final de mes tres años, fue una de esas desgracias de esas que, probabilísticamente hablando, son casi imposible que sucedan. Pero en el caso del ciclista catalán sucedió. Un choque fortuito con otro corredor provocando su caída. Lo habitual es que se lance hacia el interior de la pista. Pero en esta ocasión salió despedido hacia el exterior y colisionó contra la balaustrada con tan mala suerte de causarle una hemorragia interna mortal de necesidad.

Y aunque se recordó que era el primer ciclista muerto en una pista en años, se escribieron muchas tonterías por parte de gente que, posiblemente, no haya pisado en su vida un velódromo y que creen que esto es igual que los circuitos de Fórmula 1: que si escapatorias, que sin zonas muertas, que si barreras de protección… Lo dicho: un caso entre un millón, que llevaba el nombre en negro de Isaac.

Tampoco tuvo nada que ver el infortunado De Fauw en esto. Fue un lance de la carrera. Pero en este caso, el nombre del ciclista belga quedó asociado al fallecimiento. Y todo esto minó su salud mental, con periódicas depresiones desde entonces, a pesar de que siguió compitiendo en los velódromos, como estuvo haciendo la semana pasada en Grenoble.

Nada hacía pensar este luctuoso desenlace, aunque en su dramática lucha interna, haya finalmente optado por la muerte como compañera de su próxima americana. Descanse en paz.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Sir Christopher Andrew Hoy vuelve por sus fueros

Sir Christopher Andrew –para amigos y rivales simplemente Chris- Hoy ha vuelto por sus fueros. El mejor velocista de la historia, el hombre que se llevó el increíble botín de tres medallas de oro en los Juegos de Pekín, ha conseguido este fin de semana en Manchester, en la primera manga de la Copa del Mundo de pista 2009-2010, idéntico resultado, con el triunfo en keirin, velocidad y velocidad por equipos, un oro por cada uno de los tres días de competición.

Con ello ha tapado la boca a muchos escépticos que hablaban de que estaba terminado, que la resaca del éxito olímpico había acabado con él. Bien es cierto que se emborrachó –quizás más de celebraciones que de gloria- con el histórico triplete que le llevó a la nobleza. Pero el bajón la temporada pasada parece completamente remontado, pese a que siempre nos quedará la duda de qué hubiera hecho en el Mundial de Pruszkow, el pasado mes de marzo, de no haber sido por su inoportuna lesión.

El escocés es un caso atípico al que la mala fortuna –en forma de eliminación del kilómetro del programa olímpico, la prueba en la que siempre había brillado- le ha permitido entrar en la leyenda. Campeón mundial de esta disciplina en 2002, 2004 y 2006, así como en Atenas 2004, tuvo que reconvertirse de ‘kilometrista’ a competir en velocidad y keirin si quería volver a triunfar en una Olimpiada. Y desde luego lo hizo de forma realmente afortunada, ya que junto al triplete olímpico logró dos oros, en estas dos nuevas disciplinas, en los Mundiales de 2008, tras haber ganado el keirin en Palma de Mallorca un año antes.

El hombre que quiso ser ciclista tras ver la celebérrima ‘ET, el extraterrestre’ y que llegó a los velódromos desde el BMX cuando era un quinceañero tiene una interesante historia, que podemos leer en el libro de Richard Moore, “Heroes, Villains & Velodromes” o en su recientemente publicada autobiografía (*). Pero lo más importante es que tiene presente, y que podremos seguir disfrutando de su descomunal potencia durante algún tiempo, y que tiene futuro, en la herencia que deja a sus jóvenes pupilos como Matthew Crapton, David Daniell o Jason Kenny. Y es que Gran Bretaña copó el podio en velocidad y en velocidad olímpica. ¡Que envidia!

(*) Por cierto, también da verdadera envidia que los mejores corredores del Reino Unido como Bradley Wiggins, Mark Cavendish o el propio Chris Hoy tengan editadas sus biografías, cuando aquí en España ningún ciclista tenga interés editorial.

viernes, 30 de octubre de 2009

Algarve: un ciclismo muy diferente

El Algarve será el próximo fin de semana –del 6 al 8 de noviembre- un escenario ideal para los amantes de la novedad. No por las maravillas de todo tipo que podemos encontrar en el Sur de Portugal, si vamos como turistas, o porque vayamos a presenciar alguna gran prueba ciclista, si queremos satisfacer nuestro ‘vicio’. Nada de eso.

Sin embargo, la localidad de Tavira acogerá un Campeonato del Mundo de ciclismo, el último del año, aunque de una especialidad casi completamente desconocida en nuestro país, el ciclismo en sala, que engloba a su vez dos modalidades muy distintas entre sí, el ciclismo artístico y el ciclobol.

La primera de ellas consiste básicamente en realizar una serie de piruetas y acrobacias que luego son puntuadas por los jueces, al estilo del patinaje artístico, tanto por ciclistas individuales (masculinos y femeninos), como por parejas e incluso cuartetos; la segunda es, para describirlo gráficamente, un partido de fútbol entre dos equipos de dos jugadores cada uno montado sobre una bicicleta.

Como decía, en España estas competiciones no tienen ningún practicante, pero son muy populares en Centroeuropa e incluso en Extremo Oriente (Malasia, Hong-Kong, Macao o Japón). Y cuando se ha celebrado un Mundial en países como Alemania, Suiza oi Chequia, el ‘no hay entradas’ estaba asegurado. Veremos que sucede en Portugal.

Y aunque no vayáis, aquí os dejo un video promocional que recoge algunas de las habilidades de estos otros ciclistas, tanto los artísticos como los futboleros, con la aparición de José Arellano, un español afincado en Alemania que llegó incluso a ser subcampeón del Mundo en 1999 y 2001 y medalla de bronce en 1994, 1995 y 1996.

domingo, 25 de octubre de 2009

Javier Megías simboliza el espíritu del Team Type 1

El portal cyclingnews publicaba hace pocas horas la noticia del fichaje de Javier Megías por el Team Type 1 estadounidense. Hasta ahí nada extraño en la pretemporada ciclista, a pesar de lo poco habitual que es ver a un español ‘haciendo las Américas’. Lo verdaderamente noticioso es que el madrileño es uno de los pocos diabéticos insulinodependientes (tipo 1) que hay en el pelotón mundial, lo que no es óbice para unas excelentes prestaciones -aunque su enfermedad le ha mantenido este año muy por debajo de sus posibilidades-, que le llevaron a la selección nacional sub-23 y al profesionalismo, concretamente a un UCI Pro Tour como Saunier Duval. Y precisamente su destino, Team Type 1, es un conjunto norteamericano que precisamente preconiza que la práctica deportiva es una de las mejores terapias contra esta enfermedad.

Según podemos leer en el portal ciclista, Team Type 1 fue fundado en 2008 por dos deportistas, Phil Southerland y Joe Eldridge, que padecían esta enfermedad. Poco a poco el equipo se ha ido consolidando, tanto en su misión como en el plano deportivo, pero les faltaba la guinda de un corredor que simbolizase al máximo ambas facetas. Y ese no es otro que Javier Megías –si con g, aunque durante muchos años estuviéramos escribiendo su apellido con j, sin que ni siquiera el propio corredor nos corrigiese-. Pero, además, otros tres ciclistas más viven y compiten con esta enfermedad: Martijn Verschoor, Joe Eldridge y Fabio Calabria. Y aunque su objetivo será fundamentalmente el calendario norteamericano, no estaría nada mal ver al equipo por España para concienciarnos de los peligros de una enfermedad cada vez más amenazadora para nuestra sociedad.

Lo más curioso del caso es que existe un segundo equipo, Team Type 2, que lucha contra la otra versión de la enfermedad, la no insulinodependiente. ¿Algún ciclista español se postula como ‘fichable’, aunque esta dolencia esté más vinculada a la edad?

viernes, 23 de octubre de 2009

Cancún: objetivo cumplido

A la espera de la cita de Alcobendas del próximo domingo, y navegando por Internet, me he encontrado este resumen del Criterium de Cancún del próximo sábado, realizado por el canal deportivo norteamericano –en español- ESPN, uno de los medios informativos que apuesta por nuestro deporte.



Un evento que fue criticado sin ninguna razón por algunos medios locales en base a los elevados gastos de organización en proporción a su corta duración… sin saber que el éxito de un criterium radica precisamente en captar a las grandes figuras con una prueba corta y sin dureza... y con algún aliciente adicional más. Y Cancún reunía todo ello, tanto en el plano deportivo como turístico, por lo que allí se citaron Contador, Valverde, Freire, Kreuziger, Rasmussen… y otros muchos más podrían haberlo hecho de no ser la coincidencia con Lombardía.

Y si a ello le unimos que deportivamente se vivió un bonito espectáculo y que Cancún ha vuelto a realzar de cara al mundo sus bondades, podemos manifestar categóricamente que el objetivo está cumplido.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Bienvenida a dos patrocinadores

Esta semana se han confirmado oficialmente dos secretos a voces. Por un lado, la creación de un nuevo equipo, el Caja Rural, en esa categoría continental de formación a la que se debería ‘cuidar’ un poco más. Por otro lado, la continuidad del Fuji-Servetto como equipo UCI Pro Tour, aunque con un nuevo patrocinador Footon, que en palabra de sus mentores, permitirá la consolidación de un proyecto que apuesta por la juventud.

La llegada de patrocinadores ‘privados’ al ciclismo es siempre una gran noticia, y más en estos tiempos de excesiva dependencia de los poderes públicos, especialmente de los autonómicos, que siempre pueden ‘cortar el grifo’ cuando aprieta la crisis y destinar esos fondos a gastos sociales más apremiantes.

Pero lo es sobre todo porque ambas formaciones van a dar la oportunidad a un buen número de los mejores sub-23 del país que se sentían estancados, sin oportunidades. Es cierto que en años anteriores habían pasado verdaderas mediocridades –aún tenemos hoy algunos ejemplos-, pero en estas últimas temporadas, la falta de oportunidades para los jóvenes comenzaba a ser alarmante.

En Mendrisio, después del Mundial de la categoría, me daba pena ver la tristeza en la cara de algunos de nuestros protagonistas, que no tuvieron su día, y veían como se les escapaba el tren, el subir a la máxima categoría, justo lo contrario que al francés Romain Siccard, un buen corredor pero no mejor que los nuestros. Ahora, gracias al nuevo conjunto navarro, podrán demostrar sus magníficas hechuras ciclistas como Higinio Fernández, Arturo Mora, Rubén Martínez o Rubén García, por no hablar del prometedor Gary Bravo, a la vez que continúan su formación. Mientras que valores ya sólidos como Rafa Valls, Pedro Merino o el supercombativo David Gutiérrez pueden estrenarse en el UCi Pro Tour.

De todas formas, para todos aquellos que no encuentren acomodo en España o Europa, les recomendaría que mirasen hacia América, especialmente hacia Estados Unidos, con equipos cada vez mejor organizados y pruebas realmente competitivas, y que puede ser no sólo un trampolín, sino una interesante experiencia formativa aunque solo sea por el idioma.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El Tour de Francia: la tradición y la innovación

Mucho se habló este año de la revolución que suponía el recorrido del Tour de Francia 2009: que si una crono más larga de lo habitual el primer día en Mónaco, que si la recuperación de la crono por equipos, que si Pirineos casi de entrada, que si el Ventoux a un día del final… Mucho se dijo entonces que suponía una ruptura con la tradición. Hoy, un año después, tras la presentación de la edición 2010, tan solamente nos queda decir que fue un Tour atípico, nada más, y que la gran carrera francesa sigue por su camino tradicional. Algo que, por otro lado, me parece completamente lógico, ya que tiene una ‘imagen de marca’ que mantener y que no puede ir cambiando de forma caprichosa año tras año.

Los cambios en el Tour se reducen a poco: contrarreloj por equipos si o no –este año no se ha incluido-, cronos individuales más o menos largas –nunca llueve a gusto de todos-, y la opción de afrontar antes Alpes que Pirineos o viceversa –la segunda cadena montañosa visitada será siempre más selectiva y por ello se habla este año de homenaje a los Pirineos-. Y junto a esto, algún condimento que puede variar cada año: este año el picante lo ponen los doce kilómetros de pavés.

Son muchos medios los que han analizado pormenorizadamente el recorrido y casi todas las grandes figuras ya lo han valorado –me conviene, favorece a Pepito…-. A mi simplemente me queda insistir en que lo bueno del Tour es que, haga lo que haga, va a seguir el camino de la tradición, mientras que funcione –que si lo hace y muy bien-. Malo si no sigue esta vía.

Por el contrario, son numerosas pruebas ciclistas las que –argumentando una pretendida innovación que simplemente son cambios erráticos- no terminan de encontrar su sitio, su ‘imagen de marca’ en el contexto del ciclismo internacional. Y con la competencia existente, la ‘definición’ se basa exclusivamente en el dinero. Cuando se corre una Milán-San Remo, un Tour de Flandes, una París-Roubaix o incluso una Challenge de Mallorca sabemos con lo que nos enfrentamos. Pero desgraciadamente sucede con muy pocas carreras.

La innovación requiere investigación, estudio de necesidades e intereses, y, una vez instaurada, consolidación. Para que se convierta en tradición.

lunes, 12 de octubre de 2009

¡No cambiemos las cosas, sólo su percepción!

“Más fácil que cambiar las cosas, es cambiar la percepción que se tiene de ellas”. Este postulado en materia de imagen y comunicación ha sido tomado como un dogma por muchas organizaciones, que se creen que grandes inversiones (o no tan grandes, simplemente deseos o intenciones) en marketing, imagen o publicidad van a traducirse en un sensible e irreversible cambio en la percepción colectiva sobre ella, en especial de sus ‘clientes’ más cercanos: accionistas, consumidores, proveedores, medios de comunicación… Y sin tener que hacer ningún esfuerzo organizativo o económico por cambiar el fondo de las cosas, sólo su por adornar la forma.

¡Que error! ¡Que inmenso error!

Si la frase tiene algún significado, es precisamente en la dirección contraria: nuestro cambio de percepción como organización sobre el entorno que nos rodea y nos influye, es lo que nos va a hacer variar nuestra actitud ante las cosas, lo que va a generar una buena dosis de creatividad y, en definitiva, va dar unos frutos que desde el inmovilismo anterior eran sencillamente inimaginables. Nunca al revés.

Dejando de un lado a estos ‘gurús’ del conocimiento, y buscando en el extraordinario y sabio refranero español, en el primer caso podríamos equipararlo con el archifamoso “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda” e incluso con el ya más finalista “Antes se coge a un mentiroso que a un cojo”; el segundo concepto se vincularía al voluntarismo de “La fe mueve montañas”, o, citando a Paulo Coelho, “Cuando deseas alcanzar algo en la vida, el universo conspira para que lo logres”.

jueves, 8 de octubre de 2009

Rasmussen quiere venganza

No se va a llevar la Vuelta a Chihuahua, pero el danés Michael Rasmussen está siendo uno de los grandes protagonistas de la ronda mexicana demostrando que a los 35 años todavía tiene cuerda para rato en el ciclismo profesional. Purgada su sanción temporal –la pena moral posiblemente nunca le sea condonada-, el ‘mexicano’ –está pensándose seriamente la nacionalización dado el rechazo que sigue sufriendo en su país natal y la magnífica acogida que está recibiendo en la tierra de su mujer- quiere volver por todo lo alto. Veremos a ver si le dejan.

Tras ganar merecidamente el prólogo, una cronoescalada en la capital, perdió el liderato en la etapa reina por la estrategia –o falta de ella- de su compañero Gregorio Ladino. Y hoy ha buscado de nuevo el máximo protagonismo, con hasta tres ataques pensados no sólo para intentar desbancar a Oscar Sevilla, sino –sobre todo- para dejar clara la jerarquía del equipo ante su coequipier colombiano y satisfacer el deseo más humano, el de la venganza.

Si todo esto ha sido capaz de hacer en Chihuahua, no nos podemos ni imaginar lo que querrá demostrar en una prueba mayor ante todos aquellos que le ‘quitaron’ un Tour que ya tenía casi en el bolsillo. Rasmussen sabe que no volverá a pedalear en la carrera francesa. Pero que tiemblen por donde pise. El ciclismo no puede perder a un corredor con tantas ganas de ‘revancha’, de ciclismo, como él.

martes, 6 de octubre de 2009

El ciclismo en pista podría quedar herido de muerte

Las pruebas del programa de pista de los Juegos Olímpicos podrían sufrir importantes modificaciones de cara a Londres 2012, según avanzaba hace unos días ‘L’Equipe’, argumentando las discusiones que mantienen los miembros del COI. Las razones, tan inexactas como absurdas, serían un golpe moral a esta disciplina ciclista ya que desaparecerían la persecución individual, la puntuación y la madison, al parecer para buscar una paridad entre hombres y mujeres –lo que se ha dicho- y para ‘reducir’ el ciclismo a favor de otros deportes emergentes -lo que se oculta-.

Respecto a la primera razón, simplemente recordar que tanto puntuación como persecución individual son dos disciplinas en las que compiten hombres y mujeres. La primera, es una de las más espectaculares –junto al keirin-, aunque ‘herida de muerte’ por parte de aquellos que no entienden que en ciclismo pueda ganar quien no es el primero en pasar por meta. La persecución, por el contrario, puede ser aburrida en cuanto a su seguimiento, pero es, junto a la velocidad, una de las disciplinas más tradicionales de los velódromos. Hace unos cuantos años el COI intentó ya eliminarla, aunque al final la sacrificada fue el kilómetro, cuyas últimas finales mundialistas han estado plenas de emoción

En cuanto a la madison –igual de espectacular o más que la puntuación, aunque muy complicada de seguir para los no iniciados-, se puede argumentar en el sentido contrario, en vez de eliminar la prueba masculina, proponer una femenina o incluso mixta. ¿Por qué no?

Si todo ello se confirma finalmente –se habla que sería a finales de diciembre- el programa olímpico quedaría reducido a la velocidad individual y por equipos, el keirin, la persecución por equipos y el ¡omnium!, una prueba surrealista que se introduciría para contrarrestar la desaparición de casi todas las pruebas de fondo. Aunque el omnium, como todas las pruebas de ’suma’ no engancha porque no es fácil de seguir, y no se puede decir como en el decatlón que el ganador sea el más completo.

En Facebook ya hay un grupo contra la medida. Confiemos que sirva para algo, aunque la mejor defensda puede ser la que haga el comité organizador: no nos imaginamos que Gran Bretaña vaya a renunciar a una de sus mayores fuentes de medallas como se vio en Pekín, y privarse de ver a Cavendish o Wiggins, entre otros.

lunes, 5 de octubre de 2009

Pero a tu lado

La canción es de los años 90 y posiblemente la haya oído muchas veces desde entonces. Pero no la escuché, no la descubrí, hasta el año pasado, gracias a ti, aunque por entonces ya no salía de la garganta oscura y herida de Enrique sino de la más sosegada y menos cortante de su hermano Alvaro.

Pero el año correcto en que se debe fechar es 2006, cuando, como dice la letra, resucité.

He muerto y he resucitado
con mis cenizas un árbol he plantado
su fruto ha dado
y desde hoy algo ha empezado.
He roto todos mis poemas
los de tristezas y de penas
lo he pensado
y hoy sin dudar vuelvo a tu lado.
Ayúdame y te habré ayudado
que hoy he soñado
en otra vida en otro mundo,
pero a tu lado.
Ya no persigo sueños rotos
los he cosido con el hilo de tus ojos
y te he cantado al son de acordes
aún no inventados.
Ayúdame y te habré ayudado
que hoy he soñado
en otra vida en otro mundo,
pero a tu lado.



No he podido encontrar la versión actual, pero no por ello renuncio a sentirla otra vez.

Dicen que Enrique se lo dedicó a su hija. Yo te lo dedico a ti, para que sepas todo lo que tenemos que coser con el hilo de tus ojos.

sábado, 3 de octubre de 2009

Cuatro años en Chihuahua

Con una cronoescalada de 4 kilómetros al Cerro Coronel –una de las dos colinas que dominan la capital del Estado- comenzará mañana la IV Vuelta a Chihuahua, posiblemente la carrera ciclista más importante de Hispanoamérica en sólo tres años de existencia y que en esta ocasión se estrena en categoría 2.1, un indudable reconocimiento a los méritos de la prueba y que se avala con la presencia del propio vicepresidente primero de la UCI, el doctor Artur Lopes. Una evidencia más de que el ciclismo se mundializa –se debe mundializar-, y que el máximo organismo internacional apoya de forma decidida.

He tenido la suerte de participar en todas las ediciones anteriores y tengo también la fortuna de formar parte del equipo organizador de la cuarta, por lo que siento esta carrera de una forma especial y naturalmente, como partícipe de esta evolución. De momento el éxito parece estar garantizado con la presencia de hasta cinco equipos españoles –Caisse d’Epargne, Fuji-Servetto, Xacobeo-Galicia, Andalucía-Caja Sur y Contentpolis-AMPO- así como conjuntos holandeses, italianos, portugueses, estadounidenses, canadienses y naturalmente mexicanos.

Y aunque hay una buena nómina de excelentes corredores, habrá que ver si acusan la dureza de la prueba chihuahuense y de la larga temporada. En cambio, sí se puede garantizar el protagonismo de dos ilustres ‘desterrados’ como Mancebo –luchador en cada una de las pruebas en que toma parte, sea BTT o carretera y avalado por su condición de biganador de esta carrera- y Rasmussen, que me sorprendió tanto por su extrema delgadez como por su locuacidad poco danesa.

Pero también tendré la fortuna de volver a estar en poblaciones como Cuahtemoc –capital mundial de la manzana y en donde se enorgullecen de no tener paro-, Creel - corazón de la sierra Tarahumara y considerada una de las trece maravillas de México-, Guachocchi –literalmente lugar de las garzas, junto a la impresionante Barranca de la Sinforosa-, Parral –última residencia del mítico Pancho Villa- o Camargo –con su impresionante producción ganadera-, compartiendo trabajo con amigos mexicanos y españoles en una intensa semana que ojalá se repita por muchos años más. Y aunque el máximo valedor de la prueba –el gobernador José Reyes Baeza- dejará el cargo el 1 de octubre de 2010, la carrera también ha calado hondo entre autoridades y pueblo de Chihuahua.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La fábula de la selección, o del padre, el hijo y el burro

Terminado ayer el Campeonato del Mundo con esa medalla de bronce de ‘Purito’ y después de muchas horas en la sala de prensa, oí posiblemente el comentario más atinado de toda la larga tarde: “El año pasado criticamos a la selección por el egoísmo de los corredores y este año lo hacemos justo por lo contrario”.

Sin entrar a valorar si el resultado es bueno o no, ni mucho menos compararlo con las expectativas creadas o con el balance obtenido por otros candidatos en la mente de todos –la Italia de Cunego al completo, el suizo Cancellara…-, lo que me viene a la cabeza es la fábula del padre el hijo y el burro, uno de mis relatos favoritos y una fuente de reflexión para casos como éste.

Entre las distintas versiones de la historia, según el orden de los protagonistas, me quedo con ésta:

Un padre y su hijo salen por la mañana acompañados de su burro, para ir a la huerta. Como siempre, el zagal va montando y el padre, caminando a su lado. Un aldeano al verles comenta:

- ¡Que poca consideración! El joven, tan fuerte y robusto, montado en el burro, y el padre, ya anciano, haciendo el camino a pie.

Padre e hijo se miran y éste le dice:

- Padre, móntese usted, que yo iré andando

Un segundo viajero, al cruzarse con ellos, les espeta indignado:

- ¡Que egoísmo! Un hombre tan fornido, encima del jumento, y el pobre niño, aún tan débil y chico, abajo.

El padre, sin entender nada, le indica al hijo que suba también él. Pero su alegría dura apenas unos minutos, justo cuando otro caminante comienza a increparles:

- Algunas personas merecerían ser ellos los burros. ¡Qué poco respeto para el pobre animal tan famélico, que ni puede tirar con el peso de los dos!

Nuevo intercambio de miradas, antes de que el padre, cada vez más irritado, suelte:

- Mira hijo, vamos a apearnos los dos y continuaremos andando, que ya queda poco.

Pero justo antes de llegar a la huerta, una cuarta persona, riéndose abiertamente, proclama a los cuatro vientos:

- ¡Serán tontos! Mira que ir los dos andando y el burro de vacío.

¿Moraleja? Esconde la mano, que viene la vieja.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Una mentira piadosa sobre un Campeonato incorrectamente organizado

Esta mañana he dicho una de las mentiras más piadosas de mi vida. Pero es que no estaba tan de mal humor como en algunos momentos de la última semana en Mendrisio, después de chocar repetidamente contra la sinrazón suiza. Ha sido cuando me han realizado varias preguntas de una encuesta para valorar el Mundial 2009. Un chaval, bastante atento por cierto, me ha cogido al azar –la sala de prensa ya estaba atestada y eso que solamente eran las once de la mañana- y me ha preguntado por el recorrido. Le he contestado que uno de los más atractivos de los últimos años, aunque la precisión suiza me ha obligado a cuantificarlo, con un ‘nueve’.

La segunda cuestión se refería a la organización. Y ahí ha llegado la sobrevaloración, un ‘cinco’, lo que significa un aprobado, aunque raspado, cuando hasta el momento apenas he encontrado elementos positivos –para mí, como seguidor- y si muchos negativos en este Mundial absurdamente suizo. Pese a todo, le he manifestado a mi entrevistador que no estaba nada satisfecho, algo que no le ha debido sorprender demasiado, puesto que el anterior encuestado –un norteamericano, me dijo- acababa de obsequiarles con un ‘tres’.

Pensándolo luego más detenidamente no es que el Campeonato haya estado mal organizado, es que ha estado incorrectamente organizado: han pensado en buena parte de los aspectos referidos al evento y a sus protagonistas principales, los ciclistas, pero no en todos, olvidándose a los actores secundarios como los periodistas, por ejemplo. Y lo que no tenían programado simplemente no existía. Por ejemplo, una salida de las tribunas hacia la sala de prensa sin tener que pasar por el recorrido, ya que con la primitiva disposición, llegabas a un laberinto dedálico sin que les importara mucho que estuvieras toda la eternidad vagando. Ninguno de los suizos a los que les propuse una simple solución entendió mis sugerencias, aunque afortunadamente se tomó en consideración mi propuesta de separar dos vallas y habilitar una puerta cuando harto de darme de cabezazos helvéticos, presenté mis quejas y sugerencias a un coordinador de la UCI, que no era suizo, casualmente.

O por ejemplo, habilitar un edificio como sala de prensa a un kilómetro, a pesar de que había numerosos prados junto a la llegada donde se podría haber montado una carpa mucho más cercana y útil para los que –también- vamos a trabajar. La solución suiza fue mucho más ‘lógica’, destinar una buena parte de su Ejército y sus jeeps a funcionar como ‘navetas’ entre la llegada y la sala de prensa. Por no hablar de la rigidez compartimentada en acreditaciones, sin entender que una misma persona pudiera hacer dos funciones distintas, complementarias, aunque para ellos absolutamente incompatibles: o eres acreditación 2 ó 4, o periodista o fotógrafo, no ambas cosas.

No voy a extenderme más en otras incongruencias organizativas. Simplemente recordar que un evento como éste debe ser tomado en cuenta desde todos los puntos de vista. No vale ni el ‘todo vale’ de la Europa mediterránea ni el “sólo vale lo que digo” del otro lado de la línea del ‘paso de cebra’ (otro día hablaré sobre esta curiosa frontera continental).

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mendrisio no es sólo el Mundial, es el epicentro del ciclismo

Mendrisio no es sólo la sede del Campeonato del Mundo de carretera; también lo ha sido de numerosas reuniones de organismos y comisiones de la UCI, con el fin de establecer el calendario de competiciones de la próxima campaña.

De esta forma, conocíamos la designación de la región de Limburgo (Valkemburg y Maastrich) para organizar el Mundial de 2012, después de los de Melbourne –el año que viene- y Copenhague. Lo más significativo es que comienza a gestarse un nuevo modelo de Campeonato, en el que el protagonismo no es de una ciudad sino de varias –el año que viene Geelong acompañará a la capital de Victoria, incluso con más protagonismo, aunque permanezca incomprensiblemente en un segundo plano-, y en el que las pruebas en línea tendrán un tramo en carretera abierto antes de afrontar las vueltas finales en un circuito. Un tipo de carrera que veremos en Australia, que no plantea problemas logísticos cuando se pueden utilizar coches seguidores, pero una verdadera locura cuando no los hay, como pudimos padecer ‘in situ’ en el pasado Europeo de Hooglede-Gits.

La internacionalización del calendario de competiciones es cada vez más palpable, con la inclusión de dos pruebas en Canadá en el mes de septiembre, en Québec y Montreal, aperitivo de la entrada en breve del Tour de California, que será colocado en el mes de mayo.

También comprobamos tras articular los distintos calendarios –histórico, UCI Pro Tour y Europeo- que en España hay una distribución realmente pésima de las pruebas, con un mes de abril sobresaturado, con unos meses de mayo y junio prácticamente vacíos por la competencia de pruebas en el extranjero, que cada vez es más amplio, ciclísticamente hablando, como vemos con el caso de California, sin ir más lejos: los organizadores se mueven a los meses más ventajosos, pero perjudica a los conjuntos más modestos que tienen que buscarse la vida en cualquier lugar del orbe ante la ausencia de carreras en nuestro país, en el momento más álgido de la temporada.

Uno de los organizadores que ha optado por el cambio es la Volta a Catalunya, que tendrá lugar en ese interesante último fin de semana de marzo, pero que obliga a la Vuelta a Castilla y León a salirse de ese ‘nicho’ y a moverse hasta abril, donde la competencia no es tan grande como en mayo, pero mucho mayor que en sus fechas anteriores. Eso sí, la organización vallisoletana se ha visto recompensada por su ‘sacrificio’ con la recuperación de la prueba de la Copa del Mundo femenina, para un mes de junio en el que curiosamente se concentra todo el calendario internacionales de nuestras ciclistas en nuestro país.

martes, 22 de septiembre de 2009

Un ciclismo, un Mundial, dos países, dos mundos.

Parece mentira lo que puede cambiar un Campeonato del Mundo en una veintena escasa de kilómetros, los que separan Varese, en Italia, de Mendrisio, en Suiza. Las dos regiones son italófonas, aunque la frontera que separa los dos países, con su correspondiente aduana y el casi siempre inexcusable pago de la ‘vignette’ –esa pegatina que nos permite circular libremente por las carreteras suizas durante un año-, nos recuerdan que estamos en dos países completamente diferentes. No obstante, se ha hecho estos días una excepción y los vehículos relacionados con el Mundial están exentos del pago del peaje anual estos días. Algo está cambiando en Suiza.

En cuanto a las características técnicas del Mundial, los medios informativos ya han hecho bastante hincapié en las diferencias entre el recorrido ‘facilón’ de Varese el año pasado y el que les espera a los ‘pros’ el próximo domingo, con más de 4.600 metros de desnivel acumulado, una cifra que, para los entendidos, indica claramente la dureza. Y para los menos profanos, recurriremos a una comparación: más que la Lieja-Bastoña-Lieja.

La segunda diferencia entre ambos Mundiales es organizativa: de la improvisación latina a la disciplina centroeuropea. De la libertad de movimientos de Varese a la rigidez de los controles en Mendrisio. De la presencia de aficionados al ciclismo en tierras italianas ejerciendo labores de información y control de forma bastante lasa, ya que el objetivo último era ver la carrera, a la ubicación de voluntarios sexagenarios y de militares helvéticos exclusivamente preocupados de cumplir su misión, de dejar solamente pasar a quienes deben pasar. Un ciclismo, dos mundos.

En todo caso, y pese al interés y buena voluntad de los suizos, me temo que no va a ser un Mundial fácil para quienes no venimos a competir: ubicación bastante alejada del centro de la población, escasas y alejadas zonas de aparcamiento para las distintas delegaciones, instalación de la permanente y de la sala de prensa a más de un kilómetro de la llegada… La buena voluntad, no obstante, está fuera de toda duda: el ejército suizo nos presta a sus militares y a sus ‘jeeps’ para que ejerzan como ‘lanzaderas’ entre los distintos puntos neurálgicos de la carrera. En Italia...

lunes, 21 de septiembre de 2009

Oscar Freire, del primer al cuarto Mundial

Acabo de escuchar la interesante entrevista que Ainara Hernando le realizaba en Ciclismo a Fondo a Oscar Freire hace unos días en la Vuelta, en relación con el Mundial de Mendrisio, ese objetivo que se ha marcado el ciclista de Torrelavega para entrar en la leyenda, de poder convertirse en el primer corredor en ganar cuatro Campeonatos del Mundo. Más que Eddy Merckx, Rick Van Steembergen o Alfredo Binda.

Freire, el mejor ciclista español de la década aunque aquí no se le reconozca –que bien le habría ido por la vida ciclista de haberse llamado Freirini, Van Freire o Freireau, por ejemplo-, con su sencillez y sinceridad habitual reconocía que nunca había dado una vuelta completa al circuito, aunque se conocía como la palma de la mano las dos subidas que marcarán el Campeonato el próximo domingo. E igualmente comentaba que la presumible ventaja de vivir a menos de cinco kilómetros de cualquier punto del circuito –su residencia suiza de Coldrerio sería el centro geométrico de la falsa circunferencia que forma el recorrido- se anula porque sus rivales del domingo conocerán el circuito tan bien como él el día de la prueba.

Lo que tiene a su favor es el tesón, la fe, la voluntad. En eso, Freire es superior a otros muchos ciclistas. Es precisamente el aditamento de los grandes campeones. Y Oscar quiere ser nuevamente ‘arco iris’.

Han pasado ya diez años desde aquel lejano domingo 10 de octubre de 1999 en Verona, cuando ganó su primer Mundial. En la misma entrevista Freire calificaba aquel día como el mejor momento de su vida deportiva, porque ganar quedaba totalmente fuera de su alcance. Y con desenfado, pero con decisión lo logró.

Y también fue para muchos de los que estábamos con él –desde luego que para mi lo fue y lo será-, uno de nuestros recuerdos inolvidables: ese equipo de meritorios con la ausencia las grandes figuras de entonces, formado por Freire, Santi Blanco, Perdiguero, Beltrán, Rubiera, Laiseka, Chaurreau, Lobato, Mauri, Odriozola, Chente García y Alvaro González de Galdeano, en el que muy pocos creían, salvo Paco Antequera y su gente; esa carrera dura, extraña e inteligente que colocó a Freire con opciones en un final que no desaprovechó, pero que no nos podíamos creer, aunque tuviera un pálpito desde muchos minutos antes de que íbamos a vivir un día grande; ese revuelo en la línea de llegada, con las decenas de periodistas que entonces viajaban con la selección ‘asaltando’ al nuevo campeón en busca de las primeras declaraciones en directo; esos minutos inolvidables del podio escuchando nuestro machacón himno nacional que entonces nos sonó a música celestial; o la locura del traslado a la sala de prensa en una carpa instalada en plena Arena de Verona, donde los periodistas extranjeros se volvían locos para saber algo de ese desconocido apellidado Gómez: Oscar Freire era para ellos el nombre de pila, ya que no entienden ni jamás entenderán esa manía española del doble apellido. Y ese abrazo emocionado y emocionante con el seleccionador, los dos dejando aflorar unas lágrimas difícilmente contenidas en los minutos anteriores.

Han cambiado mucho las cosas desde entonces. Y no sé si sentiré el próximo domingo lo mismo si Freire gana su cuarto Mundial. Pero me gustaría comprobarlo, aunque sólo sea por Oscar.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Se llama como yo, que también doy mucha guerra

Hace seis o siete años, en la entrega de premios de la Clásica a Guadarrama, el excelente fotógrafo, y mejor persona, Rafa Gómez le preguntó a mi hijo –por aquel entonces un mocoso de cinco o seis años- cuál era su ciclista favorito. Y se quedó sorprendido por la respuesta: Héctor Guerra, porque se llama como yo, que también doy mucha guerra. Y es que entonces el madrileño era un ciclista casi desconocido, que se iniciaba en el profesionalismo apuntando buenas maneras –pese a su tardío inicio, procedente del BTT-, eso sí.

Desde ese momento, y no sólo por las preferencias de mi hijo, he tenido bastante trato personal con Héctor (Guerra), al que le he visto hacer carrera desde ‘abajo’ en el ciclismo portugués, a diferencia de otros que llegan al país vecino desde ‘arriba’, en situaciones más o menos injustas que ahora no es el momento recordar. Y de las circunstancias personales y profesionales que le han acompañado. Su gran momento estaba llegando, pero todo se ha venido abajo. Héctor ya no seguirá siendo el ídolo de Héctor, porque su carrera se ha acabado.

Hoy seguro que, desgraciadamente, muchos más conocen ya a Guerra que si hubiera ganado Portugal –ese objetivo que tenía entre ceja y ceja al que ya no podrá aspirar- y que la mayor parte de los que hoy han oído hablar de él por primera vez, emiten juicios de valor tan tajantes, tan contundentes y sobre todo tan intolerantes como si le conocieran de toda la vida. Quizá el tan manido “soy inocente” que escuchamos en boca de otros que no conocemos y del que nos sonreímos maliciosamente, si no nos reímos a carcajadas, encuentre en esta ocasión alguna mínima comprensión –que no justificación- cuando afecta a alguien más cercano.

No voy a entrar en más detalles. Que cada uno saque sus conclusiones. Y que juzgue a los que tiene que juzgar.

martes, 15 de septiembre de 2009

La España ciclista ya es roja

A diferencia de otras naciones, en las que el color de las equitaciones de sus distintas selecciones ha estado siempre muy definido –la Italia ‘azurra’ o el naranja de los Países Bajos, por poner dos de los ejemplos más conocidos-, en España nunca ha habido una tradición de una uniformidad ‘uniforme’ –valga la redundancia- para las distintas modalidades deportivas.

En el caso del fútbol sí existe esa tradición de la camiseta roja, pero brilla por su ausencia, por ejemplo, en el baloncesto, o en el ciclismo, donde el maillot de la selección ha cambiado mucho, quizás demasiado, en los últimos años. Del tradicional diseño de los ochenta y noventa –esa horrible camiseta blanca o grisácea con una banda tricolor rojigualda más o menos ancha- se ha pasado en los últimos años a diseños más modernos, en los que el blanco y el amarillo eran los colores dominantes, con algunas franjas rojas, pero siempre como color secundario, después de algún experimento poco afortunado con un maillot con tonos rojos, negros y azules –con el que ganó Abraham Olano su Mundial de contrarreloj- que se confundía demasiado con el de Alemania.

Pero el balompié siempre ha sido, es –ahora más que nunca- y será el deporte rey. Y los éxitos de la selección nacional han originado que la ‘roja’ comience a ser la ‘marca’ del deporte de equipo español. La RFEC ha seguido esta tendencia y con la llegada de un nuevo proveedor de vestimenta se ha establecido el rojo como color corporativo, con un nuevo maillot que, sin embargo, nos costará distinguir en el próximo Mundial de Mendriso, por inhabitual.

Hoy se ha dado un segundo paso para que la España ciclista sea definitivamente roja, al anunciarse que la Vuelta a España 2010 tendrá como principal novedad el estreno del maillot rojo como distintivo del líder de la ronda nacional, en sustitución del jersey oro actual, con lo que se confirma un cambio del que venía hablándose bastante en los últimos años, pero que no terminaba de materializarse.

Pienso que Unipublic acertó plenamente cuando en 1999 estableció el jersey oro, porque no se apartaba de la tradición ciclista del amarillo y, con ese leve cambio, se acercaba a otra tradición deportiva, la medalla de oro de los vencedores. Lástima que esta interesante apuesta no se viera recompensada de modo práctico, principalmente por la dificultad de conseguir un tono en la ropa que realmente se asemejara al dorado.

Así pues, el rojo será a partir del próximo año el color del líder de la Vuelta, el color del ciclismo español, en una competición que ya tuvo este distintivo en los en 1945 cuando la ronda fue organizada por el desparecido diario ‘Ya’.

Pero antes de eso, la camiseta fue naranja, blanca, blanquiroja y amarilla, desde 1955 cuando cogió la organización El Correo, con un inesperado regreso al naranja en 1977 por razones publicitarias, antes del dorado que finalizará su existencia el próximo domingo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Au revoir cyclisme. Welcome cycling. Te esperamos, ciclismo

Tradicionalmente, la lengua del ciclismo ha sido el francés. La oficial, que la oficiosa, en el pelotón, ha sido un chapurreo mezcla de español, francés, inglés o italiano comprensible para cualquier necesidad ciclista, pero absolutamente incomprensible para todo lo demás. Pero desde hace veinte años, el inglés ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia en este deporte. Como lengua oficial y oficiosa.

Primero fue el mountain bike, que llegó procedente de Norteamérica, aunque hoy en día las grandes potencias de esta disciplina vuelven a ser las naciones de la ‘Vieja Europa’ refiriéndonos como tal a las que siempre tuvieron la preponderancia en el ciclismo de carretera, caso de Francia, Suiza, Alemania o Italia. No obstante, estos nuevos ‘bikers’ se distinguen de los antiguos ‘ciclistas’ en que es más fácil comunicarse con ellos en inglés que en francés, salvo que sean galos. Y si provienen de la Europa Oriental o de otro continente, no hay la menor duda, el francés no existe para ellos. En cuanto a los ‘descenders’, salvo honrosas excepciones, no busquen sino en Australia, Gran Bretaña o Sudáfrica: decididamente anglófonos.

Más tarde fue la pista la especialidad que dio el segundo impulso a la lengua de Shakespeare. La hegemonía francesa y alemana de los noventa ha dado paso a la supremacía australiana y británica. Y por detrás viene pegando fuerte Nueva Zelanda. Hoy en día, las reuniones de directores de las principales competiciones mundiales se desarrollan en inglés. Exclusivamente.

El único reducto del francés era la carretera. Pese a quien pese, el Tour, el corazón de nuestro deporte, siempre será francés. Poco más hay. Y cada vez menos. No se necesita ser muy avispado para ver la procedencia de los grandes proyectos ciclistas de este siglo XXI: Estados Unidos tiene un papel cada vez más destacado, con equipos como Columbia, Garmin y los neonatos Radio Shack o BMC –éste como gran formación, que como equipo modesto ya existía-. Gran Bretaña ha cerrado filas en torno al Sky Channel, y en Australia la salida de una escuadra Pro Tour –que tenga o no la etiqueta UCI es algo secundario- es cuestión de tiempo. Por otro lado, la UCI lleva ya tiempo apostando por una mundialización que también tiene tintes angloparlantes: Down Under, California… Y desde luego, las innovaciones en este deporte –por ejemplo Twitter- también tienen el mismo color.

El francés está cada día más 'demodé' y si hay alguna lengua que pueda emerger en este deporte, no es otra que el castellano, siempre que se desarrolle el enorme potencial que subyace en Latinoamérica, donde están viendo la luz interesantes experiencias.

En fin. Au revoir cyclisme. Welcome cycling. Te esperamos, ciclismo.

martes, 8 de septiembre de 2009

One Store. Every team. Experience it all

Uno de los lugares que más me interesó en mi reciente viaje a Nueva York fue la tienda de la NBA en la Quinta Avenida. Es cierto que pasé por delante casi de casualidad. Pero las dos horas en que estuvimos dentro me parecieron muy cortas. Y me sugirieron un buen número de posibilidades por explotar en otros deportes, incluso en el tan comercializado fútbol europeo. Por no hablar de mi querido ciclismo.

De entrada, como dice el lema, todos los equipos están representados: One store. Every team. Experience it all. Una tienda, todos los equipos. Experiméntalo. En España nos resultaría inconcebible ver miles de camisetas del Barça y del Real Madrid, por ejemplo, dentro de un mismo recinto. Pero más sorprendente aún son los precios, ya que por sólo 20 o 30 dólares, puedes encontrar camisetas de tus equipos. Y de excelentes marcas y calidades. Con esos precios, se reduce cualquier iniciativa de falsificación de las que tanto abundan en nuestro país. Claro, que aquí los precios asustan.

Pero lo que realmente te impresiona es encontrarte una mini cancha en la planta baja. Cuando asistimos, estaban grabando un programa de televisión, con una –para mí desconocida- estrella de la NBA y varias decenas de chavales. Pero ahí dentro cabe mucho más: Fiestas de cumpleaños, de aniversario, visitas de colegios, reuniones de empresa, ruedas de prensa, shows de televisión, concierto eventos promocionales… todo cabe en este recinto, que no podría ser definido como una tienda, como un museo o como una cancha deportiva. Es todo ello y mucho más que todo esto.

Si no puedes ir, por lo menos haz una visita virtual, aunque no te guste el baloncesto. Te lo recomiendo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Steve, ¡va por ti!, !va por todos nosotros!

Para todos aquellos que piensan que el tren solamente pasa por delante de nosotros una vez en la vida, para todos aquellos que no se atreven a iniciar algo nuevo porque dicen que son muy mayores, para todos aquellos a los que el conformismo ha anulado su ilusión, quiero dedicarles la victoria conseguida por Steve Peat en el Campeonato del Mundo de Descenso en Canberra. Si ayer el madrugón resultaba amargo por ese cuarto puesto de José Antonio Hermida, hoy ha merecido la pena, por ver a ‘Sheffield Steel’ ganar el oro, el único título que le falta en su increíble palmarés, ¡a los 35 años!, con dos hijos.

Y es que la vida no es cuestión de edad, sino de ilusión. Dicen que es la experiencia la que suple con creces la posible merma en las condiciones físicas. Puede ser. Pero lo fundamental es el sacrificio, la dedicación, la mentalización. Y para ello hay que tener ganas, muchas ganas.

No conozco personalmente a ‘Peaty’, aunque hayamos coincidido en bastantes escenarios. Pero le admiro, a pesar de algunos detalles poco edificantes de su vida como cuando fue detenido tras una Copa del Mundo en Vigo por actos vandálicos, en una presumible borrachera de éxito y cerveza. Pero creo que en su vida y en su carrera atesora grandes momentos que cubren con creces esos deslices. Deportivamente ha ganado todo, destacando sus tres victorias en la Copa del Mundo –y aún puede conseguir la cuarta este mismo año-, y habiendo establecido este mismo año un récord increíble, con 17 triunfos en distintas mangas de esta competición.

Hoy volvió a salir como si fuera un veinteañero. En su mente no estaban los cuatro títulos que se le escaparon por sólo un peldaño, esos subcampeonatos de 2000, 2001, 2002 y, sobre todo, 2008, cuando fue superado ampliamente por su joven compatriota Gee Atherton. Seguro que esa derrota generacional fue un acicate para esforzarse aún más por lograr el ‘arco iris’.

Y tampoco estaría en su cabeza mientras rodaba montaña abajo en Stromlo Forest Park la amarga experiencia de Les Gets, en 2004, cuando después de marcar los mejores parciales –justo como estaba haciendo hoy-, un exceso de fogosidad en el tramo final le llevó al suelo. Hoy, su ilusión, le ha llevado el cielo.

Steve, va por ti.

Foto tomada del Twitter del nuevo campeón del mundo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Gracias Rafa por volver a hacernos vibrar

¡Qué ingrato es el deporte! Perder una final deja peor sabor de boca que ganar la consolación, aunque en el primer caso suponga una ‘plata’ y en el segundo, el ‘bronce’. Y como hoy nos ha pasado con Rafael Alvarez de Lara, el éxito que supone haber entrado en la gran final queda empañado con ese último lugar en la serie definitiva, aunque haya sido por culpa de una caída y que esta cuarta plaza suponga el segundo mejor resultado del four cross español de la historia, justo por detrás del oro que él mismo logró el año pasado en Val di Sole.

Pese a su pesimismo inicial, Alvarez de Lara hizo un gran torneo, demostrando que, aún sin estar en su mejor momento, es ya uno de los más expertos ‘bikers’ en esta disciplina, haciéndonos vibrar, como en Val di Sole, hasta el final. Solamente que la suerte, la maldita suerte, le volvió a ser esquiva en este aciago 2009. Pero no está nada mal para un piloto, en un año tan negativo, ser cuarto en un Mundial y séptimo en la Copa del Mundo.

Lástima que la tecnología nos haya jugado una mala pasada, ya que fue imposible seguir en directo la final por freecaster.tv. Al parecer, problemas con el satélite, En todo caso, aquí tenéis unas imágenes para recordar. Ojalá el año que viene en Canadá sea distinto para todos.

Fotografía: © Luis M. Román-Mendoza (2008)

martes, 1 de septiembre de 2009

Y los Países Bajos volvieron a ser españoles

Hace algunas semanas eran muchos los que se rasgaban las vestiduras por el innovador arranque de la Vuelta a España 2009 en tierras holandesas. Pero ahora mismo, cuando los ciclistas ya están embarcados en los aviones camino de la península, y los más sacrificados ‘forçats de la route’ tienen que recorrer más de un millar de kilómetros por carretera sin que casi nadie se acuerde de ellos, todo el mundo coincide que el periplo holandés, con epílogo en Lieja, ha sido un rotundo éxito, con muestras evidentes: desde las gradas abarrotadas del circuito de Assen hasta el seguimiento de los medios de comunicación de los Países Bajos, sin olvidarnos de las imágenes televisivas tipo Tour que vivimos estos días. Eso sí, sobró el tono folklórico flamencoide con el que, desgraciadamente, todavía nos etiquetan en Europa, aparte de algunas referencias de mal gusto sobre asuntos de dopaje, que no es el tema de este comentario.

Ojalá que las siguientes y arriesgadas apuestas de Unipublic en esta Vuelta sean igual de exitosas por el bien de nuestro deporte: la montaña alicantina y andaluza en lugar de las tradicionales escaladas pirenaicas y cantábricas, y, sobre todo, esa tercera semana descafeinada que tantas dudas plantea.

En cualquier caso, enhorabuena por apostar por la renovación donde hace falta, pero manteniendo y consolidando lo que se debe asegurar. ¿Septiembre? Por ejemplo.

Fotografia: © Unipublic

sábado, 29 de agosto de 2009

No más ruedas de prensa sin preguntas

Más de 4.500 miembros –yo entre los últimos en firmar- hay ya en la plataforma ‘Que los medios no cubran más ruedas de prensa sin preguntas’ creado en Facebook para protestar por un fenómeno cada vez más común, las comparecencias de políticos en ruedas de prensa en las que se limitan a leer un comunicado –más bien un manifiesto-, renunciando a contestar cualquier tipo de pregunta formulada por los asistentes.

Estas prácticas, que se extienden cada vez más entre otros colectivos, son plebiscitos morales, baños de egocentrismo para los protagonistas, y amenazan –de forma general- el derecho básico de los ciudadanos a recibir una información veraz, así como a los periodistas –de manera particular-, como intermediarios de esta función social. Por esta razón, numerosos colectivos –profesionales, sindicales e incluso empresariales- han pedido que los medios –y naturalmente los profesionales, que no dejan de ser unos ‘mandados’- no cubran estas ruedas de prensa sin sentido. Recientemente incluso un ciclista se permitió el lujo de convocar a los medios para leer un comunicado, en el que era más importante ver el “prietas las filas” que le rodeaban, que lo que realmente leía.

Si bien en ciertos casos no sólo es justificable sino deseable la existencia de comunicados o declaraciones grabadas –posibilitadas por los medios tecnológicos actuales y para evitar pérdida de tiempo en traslados-, cuando se convoca una rueda de prensa es simplemente porque se quiere abrir un canal de comunicación. Y esa comunicación siempre ha sido y siempre debe ser bidireccional.

Mal van las cosas cuando los implicados no quieren, no pueden, no saben o no tienen qué responder. Y a la larga, eso les perjudicará más a ellos que a los medios de comunicación.

nosinpreguntas@hotmail.com

viernes, 28 de agosto de 2009

Un presentimiento llamado Hermida

La selección española de BTT ya está volando hacia Australia, donde se disputa el Mundial la próxima semana. Un viaje con mayúsculas, de esos en los que te preguntas, cuando llegar, quién y cómo te ha robado un día de tu vida: salieron mediada la tarde de hoy, viernes; llegarán a Sydney el domingo de madrugada. Y aún les quedará la puntilla de los últimos 300 kilómetros por carretera hasta Canberra. Mortales. Aún recuerdo con pavor el trayecto de un par de horas que realizamos desde Auckland a Rotorua, en 2006, que fueron mucho más fatigantes que las casi treinta horas en avión anteriores.

Pero esta vez no estaré sufriendo con ellos. Por primera vez en siete años no acudo a un Mundial de mountain bike. Y entre las sensaciones encontradas que me embargan, está la de rabia. Porque estoy seguro de que me perderé un acontecimiento único. Y es que tengo el presentimiento de que José Antonio Hermida regresará a España con el ‘arco iris’ que le falta, tras el junior que logró en Cairns, también en Australia, hace ya trece años, y el sub-23 que obtuvo en Sierra Nevada. Por primera vez afronta el Mundial como ‘número uno’ del mundo. “Pero eso no me hará dar pedales más deprisa”, comentaba entre feliz e irónico. Lo cierto es que le he visto fino, muy fino. Centrado. Como siempre. O como nunca. Y con una mirada de ‘killer’ que me hace soñar con esa medalla que no podré vivir, aunque no me perderé
por televisión en Internet. Aunque tenga que trasnochar, que ocho horas de diferencia son muchas horas.


A Marga Fullana la he visto sobre todo alegre, abierta, optimista, ilusionada. Quizá sea por el reciente nacimiento de su sobrina Cristina. Si creemos en el destino, unos días antes de Are, en 1999, nacía Rosa. Y debió traerle suerte porque Marga se vino de Suecia con el ‘arco iris’. Confiemos que Cristina venga también con un oro debajo del brazo.

Más sombrío, en cambio, noté a Rafael Alvarez de Lara, el recio extremeño que nos hizo saltar de emoción y llorar de alegría el año pasado en Val di Sole con un impresionante concurso que se saldó con el título mundial. Este año no le están rodando nada bien las cosas. Es más, el que está rodando –por el suelo- es él, caída tras caída en las distintas mangas de la Copa del Mundo. Además, “este circuito no me gusta nada. Es muy plano, más BMX que four cross, aunque por lo menos es largo y se ha mejorado algo respecto al del año anterior”. Pero no hay mal que cien años dure y ojalá la racha se rompa el próximo viernes en Canberra. En este caso, por lo menos, no será necesario madrugar, aunque sí dedicar las primeras horas de la mañana al ordenador.

No me olvido de Iñaki Lejarreta, Rubén Ruzafa, Carlos Coloma, Sergio Mantecón, David Vázquez, Bernat Guardia y Yago Garay. Solamente me queda desearos suerte a todos.